El cantar de los cantares

1.11 “Toré Zaáv Naháse Láj Ím Nékudot Hakásef.”.

 

 

“Cadenillas (o trenzas) de oro te haremos para ti, ornamentadas con lentejuelas de plata”.

 

En Breve:

 

En el versículo anterior el Creador enaltece al pueblo de Israel diciéndole que es merecedora de lucir cualquier tipo de alhaja (bendición). En este versículo, el Todopoderoso utiliza el vocablo haremos, con la finalidad de indicar respeto o jerarquía hacia su amada:[1] “Toda la prosperidad y amplitud de bendiciones que tu mereces”, le dice el Creador a Israel, “es tan grande que sólo es comparable con joyas ornamentadas en plata y confeccionadas en oro”.[2]

 

Profundizando:

 

El Rey le dice a su joven amada (Israel): Cadenillas (o trenzas) de oro te haremos para ti, ornamentadas con lentejuelas de plata, eres atractiva cuando te veo adornada con collares y joyas de plata, así que corresponde forjarlas también con oro, quiere decir, te voy a entregar una de mis posesiones que es aún más preciosa que cualquier alhaja. ¡Ellas resaltarán más tu belleza! ¿A qué clase de joyas se refiere el versículo? Es mejor para mí la enseñanza de Tu boca que miles en oro y plata.[3]

 

Hashem le dijo a Moshé: "Asciende al cielo, y yo te daré dos tablas de piedra talladas con el zafiro de Mi Trono de Gloria; ellas brillarán como el oro fino, la escritura estará dispuesta en filas, escrita con Mi dedo. Allí estarán grabados los Diez Mandamientos. [Estas ordenanzas serán sutiles y a su vez estrictas] como la plata que ha sido refinada cuarenta y nueve veces. Es decir, que se pueden entender en cuarenta y nueve formas. Las entregaré en sus manos.[4]

 

Las trenzas a las que se refiere el versículo representan a las dos Tablas de la Ley que fueron entregadas en el Monte Sinai. En el versículo anterior estudiamos la metáfora entre las joyas y tu cuello que las porta. En sentido figurado, el Todopoderoso ama a Su pueblo y lo encuentra apto y sublime para recibir todas Sus bendiciones, esto gracias a la bienandanza que el pueblo de Israel muestra cuando estudia y cumple con las leyes de la Torá. El mérito es tan grande que sólo puede ser comparado a las joyas finamente confeccionadas con oro puro. Es como si cada uno cargara sobre su cuello un hermoso yugo, forjado del más caro y exquisito material: Más preciosos que el oro; más que el oro muy fino, y más dulces que la miel y las gotas del panal.[5] Con lentejuelas de plata, son las interpretaciones esotéricas y las vocales que no están escritas, pero si se leen.[6]

 

 

Enseñanza ética:

 

El rey Shelomó semejó en este versículo a Israel con lentejuelas de plata, estas pueden ser tan brillantes como las estrellas que resplandecen en el cielo: Y ahora Hashem te ha puesto como las estrellas de los cielos en multitud.[7] ¿Qué podemos aprender de esta comparación? Desde la tierra, las estrellas son percibidas por nuestros ojos como pequeñas lentejuelas de plata, en realidad, son mucho más grandes de lo que nos imaginamos. Si pudiéramos aproximarnos a cualquiera de ellas podríamos apreciar su real proporción y colosal belleza. Lo mismo es cierto con el judío. A pesar de que superficialmente pueda aparentar ser insignificante, cuando uno logra conocerlo más de cerca, percibe que su estatura espiritual es superior a lo que figura. Así alaba el Creador a Israel: Cadenillas (o trenzas) de oro te haremos para ti, ornamentadas con lentejuelas de plata, comienza con oro y remata con plata: las estrellas titilan en los altos cielos. Aún aquel que camina en la oscuridad de la noche no tropieza gracias a su luz. Todo judío, hombre o mujer, posee suficiente luminosidad moral y espiritual como para influir sobre amigos y conocidos y sacarlos de la oscuridad hacia la luz espiritual que emana de los Cielos:

 

Cierta vez, una persona tuvo que asistir a una levayá (ceremonia que se lleva a cabo para despedir a una persona finada), la salida del panteón era por una colonia ortodoxa. Caminaba reflexionando acerca de lo fugaz que es la vida, de repente ve algo que lo saca de su cavilación, observa que en la entrada de las casas había varias cubetas llenas de agua, se acercó a uno de los vecinos y preguntó el motivo de su proceder. Le explicó que, ellos tenían la ancestral costumbre de que no se debe entrar a ninguna casa después de haber estado en un lugar donde se veló a un difunto o donde se le dio sepultura, sin haberse lavado antes las manos, ese era el motivo por el cual los vecinos, después que se enteraron que el cortejo fúnebre pasaría frente a sus casas, prepararon las cubetas para que la gente pudiera lavarse allí.

 

El hombre quedó admirado ante semejante hecho, ¿Cómo tantas personas habían pensado al mismo tiempo en esta singular forma de ayudar a los demás? Se agachó, tomo agua de una de las cubetas, lavó sus manos y su sorpresa fue aún mayor cuando sintió que el agua estaba… tibia.

 

Se dio cuenta que, en aquel frío día de invierno, los vecinos no solamente pensaron en asistir a la gente con sus cubetas llenas de agua para que pudieran lavar sus manos, también consideraron que aquellos que tenían que lavarse no sufrieran por el frío del agua…. Este hecho superó la perspectiva que él tenía acerca de la deferencia que uno debe mostrar ante el prójimo, desde ese momento decidió que quería formar parte de este selecto grupo de personas que viven pensando no solamente en sí mismos, sino que dedican su tiempo y esfuerzo preocupándose por los demás, incluso en detalles aparentemente tan insignificantes. Así comenzó su trayectoria hasta convertirse en un virtuoso judío temeroso del Creador. Israel ilumina el firmamento por medio de sus acciones.[8]

 

Vivimos en una sociedad en donde es casi imposible mantenerse en el anonimato, debido a la nueva tecnología y a los dispositivos electrónicos que utilizamos, cualquiera puede enterarse de todas tus actividades sin importar si estás o no al tanto de ello, las cosas que dices, la ropa que vistes, las cosas que compras, los lugares que visitas, incluso hasta dónde dejaste estacionado tu automóvil… Casi no hay actividad en tu vida que no pueda ser observada y sin que lo sepas puede causar algún tipo de influencia en otras personas, tus acciones pueden iluminar el firmamento como lo hacen las estrellas o pueden causar un efecto contrario…

 

 Además, no existe un centímetro cúbico de espacio en el cual el Eterno no esté completa y absolutamente presente, y no esté al tanto de lo que se está diciendo o haciendo. ¡Qué gran responsabilidad tenemos encima de nuestras cabezas! Este es exactamente el poderoso mensaje que deseamos transmitir: Estudia, indaga cuales son los protocolos que te corresponden por pertenecer a la realeza y ocúpate de dar una buena impresión ante el Único que realmente desea lo mejor para ti y haz lo bueno y lo recto ante sus ojos y ante los ojos de todos los que te observan…©Musarito semanal

 

 

 

 

 

“Este Pueblo de Israel se puede comparar al polvo de la tierra y a las estrellas en el cielo; cuando se inclina, lo hace hasta el polvo, y cuando asciende, llega hasta las estrellas”.[9]

 

 

 

 

[1] En el idioma hebreo se utiliza esta forma lingüística para expresar respeto. Metzudat Tzión

 

[2] Metzudat David

 

[3] Tehilim 119:72

 

[4] Targum

 

[5] Tehilim 19:11; La miel virgen es la más pura, es la que fluye de los panales sin necesidad de prensarlos ni derretirlos.

 

[6] El Gaón de Vilna

 

[7] Debarim 10:22

 

[8] Rabí Maharam Shapira de Lublín

 

[9] Meguilá 16a

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

© 2014. Musarito Semanal. Todos los derechos reservados.