El cantar de los cantares

1.16 “Hinejá Yafé Dodí Af Na'ím, 'Af Arsenu Ra'ananá.”

 

 

“He aquí que Tú eres hermoso mi Amado, también agradable; asimismo nuestro lecho es lozano”.

 

En Breve:

 

En un acto de reciprocidad, Israel le devuelve el elogio al Creador, diciéndole: “El bien que me concediste desde siempre ha sido el más excelso por la gran misericordia que tuviste conmigo”. Al reconocer en esto la grandeza del Creador, continua Israel el elogio diciéndoLe: “en realidad la hermosura es sólo Tuya y además Eres encantador. La morada (el Mishkán, el Santuario que nos acompañó por el desierto y posteriormente el Beth HaMikdash de Yerushaláyim) que preparaste es agradable y fresca, queriendo decir que la bondad que nos otorgas siempre es extraordinaria”.[1]

 

Profundizando:

 

El sitio al que hace mención el versículo es el que el Creador eligió para posar en este mundo su Divinidad. Fue sobre el Kapóret (la Cubierta) que techaba el Arón (Arca Sagrada), mismo que se encontraba en el centro, el lugar más sagrado dentro del Kódesh HaKodashim (Sanctasanctórum), que era el lugar más santo dentro del Mishkán (Santuario) y posteriormente en el Beth Hamikdash. Allí dentro estaba el Parójet (una especie de cortina), servía para separar el Debir (un recinto donde yacía el Arón, dentro del cual se guardaban las tablas que Moshé recibió el monte Sinaí).[2] El Arca tenía dos barras laterales (Badim), en oro y servían para transportarla. Los Badim sobresalían de ambos lados, Hashem ordenó que no podían quitarlas en ningún momento, aunque no estuvieran llevándolo de un lado a otro.[3] Explica el Talmud que el recinto donde se guardaba el Arón era justo del tamaño del Arca por lo que las barras quedaban fuera y la cortina quedaba encima de ellas tocando el Parójet, notándose los abultamientos que simulaban el cuerpo de una mujer.[4] Rab Katiná dijo al respecto que cuando subía el pueblo en las fiestas al templo, los Cohanim mostraban el Parójet como diciendo: ¡Vean el amor que nos tiene el Creador, se compara al apego que tiene un hombre por su mujer! [5] He aquí que Tú eres hermoso, Amado mío, también agradable.

 

Dijo Resh Lakish, que cuando entraron los babilonios y vieron el Parójet en la forma mencionada, se burlaron de los judíos diciéndoles: ¿Esto es lo que guardaban con tanto celo? ¿Cómo se atreven a llamar a algo así, el lugar más santo?[6] Obviamente no sabían que justamente ¡Eso era lo que representaba! El Pueblo de Israel le dice al Creador: He aquí que Tú eres hermoso, Amado mío, también agradable, nuestro lecho está elaborado con maderas frescas de la mejor calidad. Es en este lugar donde estamos más íntimamente juntos; ¿Quién conoce más a su marido que su propia mujer…?

 

Enseñanza ética:

 

Me harán un Santuario y moraré entre ellos.[7] Cabe preguntar, ¿Por qué el Todopoderoso les ordenó a Sus hijos que construyeran una casa para Él? ¿Acaso la Presencia Divina no se encuentra en todas partes? Toda la tierra está llena de Su gloria.[8] Ni siquiera el cielo, ni los Cielos de los Cielos podrán contenerTe / ¡Cuánto menos el corazón de los hombres![9] También está escrito: ¿Acaso no lleno Yo los Cielos y la tierra? Dice el Eterno.[10] Además encontramos otra cita que refuerza la incógnita: Los Cielos son del Eterno y la tierra la entregó a los seres humanos.[11] El lugar del Creador es “en los Cielos” y no necesita un lugar de residencia entre los seres humanos. Entonces ¿Cuál fue la intención de erigir un Tabernáculo en la tierra?

 

La respuesta es que el Creador, en Su gran amor por la congregación de Israel, “bajó” a la tierra y además restringió Su Shejiná (Presencia Divina) al tamaño del Mishkán (Santuario), para demostrarles cuánto los ama, tal como un padre amoroso que desea morar junto con sus hijos.[12] Sobre esto se despierta otra pregunta: Explicaron los exegetas que la construcción del Mishkán era algo solamente simbólico, y que lo principal era que Él resida en el corazón de cada persona, entonces ¿No habría sido suficiente con habitar dentro de ellos sin pedirles que construyan nada?

 

Es por esto que está dicho: Me harán, quiere decir, tendrán que unir sus corazones para construirlo todos juntos. [Lí] Para Mí, tiene como valor numérico cuarenta, en alusión a la Torá que fue entregada en cuarenta días. Esto nos enseña que en el momento que la nación judía estudia Torá y cumple las Mitzvot, y la paz reina entre sus integrantes, el Creador posa su Shejiná (Presencia Divina) sobre cada uno y uno, pues está dicho moraré entre ellos (el 'Am Israel) y no moraré en él (Santuario).

 

El Tabernáculo estaba destinado a ser el punto de convergencia de la nación toda, por esto era permanentemente rodeado por las tribus y coronado por la Nube de la Presencia Divina. Era el sitio al cual cada judío acudía con las ofrendas en las que cifraba sus anhelos de elevarse espiritualmente, y para este fin el Creador solicitó la construcción del Santuario. La finalidad del Mishkán era que la Presencia Divina more en cada uno de los miembros de Israel, y es por esto que encarna la obligación y la responsabilidad primordial de cada judío de santificar su propio ser, santifíquense y serán santos,[13] Santos serán, porque Santo soy Yo…[14]

 

¿Acaso puede el ser humano compararse con el Creador? Él es infinito, nosotros no. Él es eterno, nosotros somos mortales. Él es más vasto que el universo, nosotros, una mera partícula en su superficie. Él es Omnipotente y se encuentra por encima de todo y todas las criaturas le temen, nosotros somos un simple cuerpo compuesto de materia, con el instinto del mal en su interior que nos desvía en cada paso del camino: No existe un hombre tan absolutamente justo sobre la tierra que siempre haga el bien y nunca se equivoque.[15] ¿A qué se refiere entonces el requerimiento de ser santos? Ser santo significa dar testimonio de la Presencia del Creador en nuestra vida y en la vida de nuestro pueblo.

 

Querido lector, imagina que trabajas para una compañía transnacional de paquetería.  Conduces un camión que porta el logo de la empresa, usas un uniforme y una gorra con el símbolo de ésta. El trato que tú le des a los clientes será la imagen que tendrá la compañía, no dirán que tú los trataste bien, dirán que la firma tiene un excelente servicio al cliente. El crédito y los elogios irán principalmente para la compañía y no para tí. Por otro lado, si no les proporcionas un trato adecuado, si conduces el camión sin seguir las reglas de tránsito y sin mostrar alguna consideración hacia los peatones y demás conductores, esa mala conducta afectará el nombre y la reputación de la compañía que representas...

 

Tú representas al Creador ante los seres humanos: Israel es como el corazón de la humanidad, constantemente infundiendo a todos los pueblos la fe en el Todopoderoso y Sus enseñanzas.[16] Trabajas para Él. Ser judío significa vivir con la consciencia de tus actos, eres observado desde los Cielos y también, aunque no te des cuenta, eres vigilado por otras personas. Alguna de tus acciones podrá ser un ejemplo de vida para otros, o también puede tener un efecto contrario… El Mishkán debía ser cuidado para no dañar su santidad y profanarlo; mucho más deberá cuidar la persona (que tiene un alma superior) para no dañar su santidad y su honor y mucho menos para no profanar el Nombre Divino. Ser judío significa concientizar a la humanidad que existe un Creador, que es hermoso, que es su amado y que magnifica el universo que es (también agradable), y que todo integrante de Israel debe procurar que por medio del estudio de la Torá y el adecuado cumplimiento de las Mitzvot, convierta su ser en un lugar apto para que pueda residir Su Presencia (nuestro lecho, es lozano…).©Musarito semanal

 

 

“El hombre mismo debe tornarse un Santuario para el Espíritu Divino”.[17]

 

 

 

 

[1] Metzudat David

 

[2] Yomá 52b Esto era en el primer Bet Hamikdash, en el segundo ya no estaba el Arca allí. El Talmud ofrece varias explicaciones acerca de donde fue ocultado el Arón, Yomá 53b, 54a.

 

[3] בְּטַבְּעֹת הָאָרֹן יִהְיוּ הַבַּדִּים לֹא יָסֻרוּ מִמֶּנּוּ Las varas permanecerán en los anillos del Arca; no serán quitadas de ella; Shemot 25:15

 

[4] וַיֵּרָאוּ רָאשֵׁי הַבַּדִּים  Y se vieron los extremos de las barras מִן־הַקֹּדֶשׁ עַל־פְּנֵי הַדְּבִיר וְלֹא יֵרָאוּ הַחוּצָה desde el lugar sagrado delante del sancta, pero no se veían afuera; Melajim I 8:8

 

[5] Yomá 54a

 

[6] Yomá 54b

 

[7] Shemot 25.8

 

[8] Yesha'yá 6:3

 

[9] Melajim I 8:27; Ver también Mishlé 15:11

 

[10] Yirmiyahu 23:24

 

[11] Tehilim 115:16

 

[12] Midrash Shemot Rabbá 34,1

 

[13] Vayikrá 11:44

 

[14] Ídem 19:2

 

[15] Kohélet 7:20

 

[16] Kuzarí 3:36

 

[17] Rab Baruj de Medziboz

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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