4.9 “Libabtini Ajotí Kalá, Líbabtiní Beaját Me'enáyij Beaját 'Anak Mitzaveronáyij”.

 

“Prendiste Mi corazón, novia mía, hermana mía; has atraído Mi corazón con uno de tus ojos, con la gargantilla que adorna tu cuello”.

 

 

En Breve:

 

El Creador le dice a la comunidad de Israel que fue suficiente con el guiño de uno de sus ojos, y además por la alhaja que adornaba su cuello lo que atrajo el corazón de Él.

 

Profundizando:

 

El versículo se refiere a que el Creador amó al 'Am Israel, en mérito de nuestro patriarca Abraham, considerado el ojo de la humanidad, en tanto entregó su vida a difundir la Divinidad entre las gentes y tuvo la visión clara para inducir a la humanidad a rectificar su conducta y su vida para encaminarse por senderos de rectitud.

 

La gargantilla se refiere a Moshé Rabenu (nuestro maestro), quien concertó el Pacto (La Torá) entre el pueblo de Israel y el Todopoderoso. Y lo denominó alhaja sobre el cuello, debido a que él fue la persona más singular entre todos los que hablaban a la gente para inducir a estas a conducirse en los caminos del Creador y Sus Mandamientos.[1]

 

Enseñanza ética:

 

Abraham Abinu fue el primer ser humano que analizó y llegó a la conclusión que debía haber una Primera Causa y fue cuando descubrió y reconoció la existencia del Creador.[2] Fue llamado “Ha'Hibrí” (el hebreo), los Jajamim explican el origen del nombre: etimológicamente significa “del otro lado”, desafió él sólo a toda la humanidad en contra del paganismo y en pro de la verdad que él había descubierto.[3]

 

Así como sucedió con nuestro patriarca Abraham, a través de la historia, el mundo cambia por la sola influencia de algunos pocos individuos. Estos hombres no se han conformado con ser uno más entre las masas, ni tampoco se han sentado a esperar a que otros hagan el trabajo por ellos. Al respecto establece la Mishná: En el lugar donde no haya hombres, procura ser hombre...[4]

 

Shemuel el Profeta relata la manera en la cual Goliat molestaba al campamento de los israelitas: El filisteo se acercaba a la mañana y a la tarde, y así se presentó cuarenta días.[5] Rabbí Yojanán decía que los molestaba para evitar que dijeran Keriat Shemá' en la plegaria matutina y vespertina.[6] El rey Shaúl era un individuo alto y fuerte, además contaba con los soldados del ejército de Yehudá, todos eran sumamente diestros en el arte general de la guerra, todos tenían el rango de Avner ben Ner, un hábil y valiente guerrero, comandante de los ejércitos.[7] No había nadie que se atreviera a enfrentar a Goliat, y no porque temieran perder la vida en la lucha, sino porque el destino de la nación judía estaba en juego, y en caso de caer ante el gigante, todos pasarían a ser esclavos de Goliat, el filisteo, lo cual constituiría una tremenda profanación del Nombre del Señor.[8]

 

Entonces llegó David, David, quien no poseía experiencia en estrategias de guerra, se armó de coraje y se ofreció para luchar contra Goliat. Todos conocemos el desenlace de la historia, Donde no hay hombres, sé hombre…

 

No era tarea sencilla para los directivos de la comunidad de Hamburgo conseguir un Rabino acorde a las características de su gente, ya que por un lado necesitaban alguien que sea brillante y experto en conocimientos de Torá, pero por otro lado la persona que asumiera el cargo debía ser alguien con modales y educación de la alta sociedad. Hamburgo era un lugar de gente ilustre ya contaminada en parte por los embates del iluminismo (movimiento europeo predecesor del reformismo). Fue entonces que apareció Rabbí Shimshón Rafael Hirsh, alguien que contaba con un gran nivel de conocimientos, dado que ya había escrito varias obras, como el “Torat Yekutiel” y otras. Por otra parte, su aspecto y educación coincidían con las demandas requeridas por la comunidad. Varios dirigentes lo entrevistaron y uno de los más acaudalados e influyentes, quien a su vez estaba influenciado y pertenecía al movimiento iluminista, le sugirió que visitara a Moshé Mendelssohn quien era el líder y fundador del movimiento para que lo confirmara como rabino apto para la función a ejercer.

 

Rabbí Shimshón Rafael Hirsh quien había estudiado en Lituania, desconocía de qué se trataba el movimiento y cuáles eran los ideales del falso Rabino Mendelssohn. Viajó a Berlín para entrevistarse con él, al llegar se sorprendió al ver un personaje que se auto- denominaba rabino leyendo en una Biblia sin tener la cabeza cubierta. Mendelssohn le extendió la mano a Rabbí Shimshón Rafael Hirsh pero este le respondió “No hay paz (saludo característico de Shalom), con los perversos” y sin que Mendelssohn pudiera hablar, Rabbí Shimshón Rafael Hirsh dijo, me enviaron a que recibiera la confirmación rabínica de un ser sin yugo como usted. Antes de ser Rabino autorizado por un Apicorós (apóstata) como usted, preferiría ser barrendero en las calles, sin mediar palabras dio media vuelta y se marchó.

 

Antes que Rabbí Shimshón Rafael Hirsh, llegara a Hamburgo, Mendelson telegrafió diciendo: Es la persona correcta para dirigir vuestra comunidad, se trata de un rabino con personalidad y firmeza en sus principios, capaz de llamar apóstata a quien lo tiene que autorizar como rabino; con su temple no podrá ser avasallado por dirigentes manipuladores.

 

Para Hamburgo fue un día festivo, se adornaron las calles con flores y letreros con la frase: Estas son las puertas del Eterno...”[9] los niños vestidos con sus ropas especiales llevaban en sus manos banderas para la ocasión, luego que el nuevo Rab dio su discurso inaugural en el Bet HaKéneset y en medio del ambiente de emoción, repentinamente ingresó una señora con un claro aspecto de ser una persona pobre, y en un tono de voz demandante le dijo al nuevo rabino, el Señor presidente de la comunidad me debe un dinero hace ya mucho tiempo y se niega a pagarme, deseo que usted lo convoque de inmediato a una mediación rabínica para resolver la situación. El público permanecía en silencio absoluto, el Rab le indico al secretario que llame al presidente para la mediación. El secretario trató de convencer al rabino que esa no era la mejor manera de iniciar su gestión en la comunidad justamente con una causa contra el líder de la comunidad. A pesar de ello el Rab le exigió que lo llamara.

 

A los pocos minutos el secretario regresó con la negativa del presidente. La tensión invadía el recinto, el Rab le pidió al secretario que fuese nuevamente y le dijera que, si no se presentaba de inmediato, como rabino de la comunidad lo excomulgaría de la misma. El secretario no podía moverse del miedo, sabía que ese era el último mandato en su función y lo mismo sería la primera y última acción del Rab al frente de la comunidad. Al ver el Rab que el secretario no se movía, lo intimó diciendo: “Si no cumples con mi pedido, deberé sustituirte por un secretario más útil”, con estas palabras el pobre secretario marchó temblando en busca del mandatario. Luego de unos breve lapso, el presidente ingresó detrás de él sonriendo, diciéndole al Rab le damos la cordial bienvenida a nuestra comunidad, quiero que sepa que en realidad no hay demanda ni rebeldes, todo esto fue una prueba para ver si tenía el suficiente valor y temple como para enfrentar a las máximas autoridades incluso, el primer día de sus funciones, ha pasado la difícil prueba. Queda usted confirmado en el puesto de rabino en nuestra comunidad.[10]

 

En un lugar donde no haya hombres, procura ser hombre... Si en tu ciudad no hay Rabanim o Morim para aprender Torá y recibir incentivo en el cumplimiento de las Mitzvot, entonces intenta estudiar tú mismo por tus propios medios, procura ser hombre, de esta manera serás considerado ante los ojos del Todopoderoso.[11] Cuando se te presenta la oportunidad y no hay otro quien lo haga está prohibido comportarse con humildad y objetar, no soy apto para enseñarle a los demás Torá y buenas cualidades. Tú mismo debes proponerte estudiar, entender y transmitir a los demás y así conseguir que el Creador te diga: Has atraído Mi corazón, novia mía, hermana mía; has atraído Mi corazón con uno de tus ojos, con la gargantilla que adorna tu cuello…©Musarito semanal

 

 

 

“Un hombre grande no es el que la gente hace lo que él dice. El hombre grande es el que la gente dice lo que él hace”.

 

 

 

 

 

[1] Metzudat David.

 

[2] Shabbat 156a

 

[3] Midrash Rabá 42:8

 

[4] Pirké Abot 2:5.

 

[5] Shemuel I 17:16.

 

[6] Sotá 42a.

 

[7] Kohélet Rabá 9:11.

 

[8] Shmuel I 17:9.

 

[9] Tehilim 118:15.

 

[10] Extraído de Pájad David; revista 277; Debarim.

 

[11] Ver el comentario del Bartenura en Pirké Abot 2:5.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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