Shabat
“Hashem bendijo al séptimo día y lo consagró”. 2:3
Comenzamos un nuevo año y también el ciclo de las Perashiot de la Torá. Hashem creo el Mundo en seis días y en el séptimo ceso Su Creación, en los primeros días, no había en el mundo una Luz Espiritual, hasta que llegó Shabat. Este Shabat, es llamado “Shabat Bereshit”, en él hay influencia de bendición y santidad, esta ilumina las almas de todo el que lo cuida. Cada Shabat, esa Luz se llena de espiritualidad todo el universo, se renueva y nutre de influencia Divina a todos los Shabatot del año.
Es difícil describir en tan poco espacio la esencia del Shabat, y las prohibiciones de trabajo que hay en él. Dice el Gaón Rab Shimshon Rafael Hirsh en su libro "Mataná Tobá": El día que fue entregada la creación completa en manos de la persona fue el día séptimo. Es por eso que es necesario que quede eternamente, como una señal para recordar al hombre, que todo lo que lo rodea es una Creación de Hashem, Él otorgó la facultad al ser humano para gobernar sobre casi todo lo creado y para que no se enorgullezca la persona pensando que su fuerza gobierna la naturaleza, debe hacer un alto a sus actividades y dedicarlo a santificar y testificar por medio del cuidado del Shabat que Hashem es el Amo y Señor de todo lo existente.
¿Qué significa “cuidar” Shabat? El Shabat es un lazo de amor entre nosotros y Hashem. Si le pedimos a una persona que nunca ha experimentado el amor que nos explique lo que es, nunca podrá hacerlo debido a que no puede entender su significado. Pero si se lo solicitamos a uno que ha estado verdaderamente enamorado, no necesitará argumentos ni explicación adicionales para hacerlo. Un Yehudí que cumple las leyes del Shabat como lo indica la Torá, sabe exactamente su significado, él se “cuida” de no traspasar ninguna de ellas, ya que al cumplir con su deber es como si levantara orgulloso la bandera de su Fe en Hashem y afirma en su convicción de que Hashem es Creador y el Conductor del Mundo, y que es Amo del Universo y de todo lo que contiene.
Algunas personas tienen dificultad en poder entender y realmente sentir el significado del Shabat, piensan que es un día de encierro, donde todo está prohibido, esto es resultado de la falta de información. Otros piensan que es un día para desconectarse del mundo y echarse a dormir hasta “cansarse” de tanto hacerlo. Otros se dedican a comer hasta hartarse. Realmente el comer y dormir no están prohibidos en Shabat, por el contrario, son parte de su esencia: Todo el que se deleita en Shabat es considerado como si honrara a Hashem, como está escrito: ‘Proclamarás (que) Shabat (es) un deleite… entonces, te regocijarás en el Eterno… y Yo te sustentaré con la herencia de tu padre Yaakob’.[1] Hay que saber cómo y cuándo hacer cada cosa en Shabat: Un hombre que llega a una empresa a buscar trabajo, y al entrar ve con asombro que en ella hay gimnasio, baño sauna, biblioteca, y sala de recreación. Al día siguiente de ser contratado, llega con su bolso y va directamente al gimnasio. Luego, se introduce un rato largo en el baño sauna. Sale de allí y se sienta tranquilamente en la biblioteca a leer. Cuando se dirigía a la sala de recreación, lo intercepta un ejecutivo de la firma y le dice: "Dígame, señor. ¿Se puede saber qué está usted haciendo?". "Bueno. Yo pertenezco a la empresa, y estoy utilizando las instalaciones que fueron destinadas a sus empleados", responde muy orgulloso el recién contratado. "Tiene razón", le replica el ejecutivo. "Todo esto es para que usted lo use. ¡Pero después de cumplir con su obligación de trabajar...!".
Primero se deben estudiar las leyes pertinentes, después aplicarlas, Gradualmente, aprenderá el sentimiento de Shabat, y una vez que realmente lo sienta, nunca lo olvidará. Cada uno debe prepararse física y emocionalmente para poder sentir su verdadero significado, ya que el Shabat no es un ejercicio intelectual. Si lo fuera, meditando sobre él sería suficiente. Nosotros podríamos dar explicaciones, pero el verdadero entendimiento solo viene de hacer y sentir lo que es: Hubo una vez un príncipe que fue capturado por los enemigos de su padre.
Después de un largo tiempo, el rey pudo pasar un mensaje secreto al príncipe, que lo alentaba a no darse por vencido y a mantener su conducta real, aún en medio de mal vivientes con los cuales estaba forzado a vivir, ya que pronto iba a obtener su libertad, a través de la guerra o por medio pacíficos.
El príncipe estaba más que feliz y deseaba celebrar, pero no podía revelar el secreto de su alegría. Entonces, invitó a sus compañeros a la posada local, y ordenó bebidas para todos. Ellos celebraban por el vino y por el licor, mientras que el príncipe celebraba por la carta de su padre. Similarmente en Shabat, nuestros cuerpos disfrutan con la buena comida y bebida, pero nuestras almas celebran la oportunidad de estar más cerca de nuestro Creador.[2]
Hoy día cientos de miles de judíos alrededor del mundo respetan el Shabat, y el número va aumentando cada año. Y, para la mayoría de ellos, el observarlo es una de las cosas más fáciles y agradables posibles. Pero realmente solo hay un camino para aprender sobre el Shabat. Esto es, experimentándolo: Si tan solo supieran lo que es salir del Bet Hakneset después de haber escuchado una hermosa Tefilá, dirigirse tranquilamente a casa, mostrando gratitud por haber tenido fuerza y salud; Satisfecho por haber terminado las labores de esa semana; Complacido por haber hecho una saludable relajación del esfuerzo de la labor. Llegar al palacio: La casa completamente iluminada; de fiesta, los miembros de su familia lo reciben todos como a un rey. Sus hijos le besan la mano, y sus nietos se cuelgan de su ropa. Su esposa y todos los que lo rodean, están vestidos de gala. Las luminarias de Shabat brillan en todo su esplendor. La mesa llena de manjares, la paz y la tranquilidad flotan en el ambiente… ¿Acaso existe un placer más grande?
Shabat debe ser un proyecto que cada uno de nosotros debe hacer. Para sentir realmente el Shabat, no podemos esperar que éste venga a nosotros, cada uno debe de entrar en él. La Torá nos dice: Para hacer el Shabat; cada persona debe de hacer su propio Shabat.[3]©Musarito semanal
“Dijo el Todopoderoso a Moshé: ‘Una joya preciosa tengo en Mis tesoros. Su nombre es Shabat. La quiero entregar a Israel. Ve y avísales’.”[4]
[1] Yeshayá 58:13-14
[2] Toldot Yaacob Yosef
[3] Shemot 31:16
[4] Shabat 10b
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