PERASHAT KI TETZÉ
Un Hogar armonioso
"Si un hombre tiene un hijo descarriado y rebelde, que no escucha la voz de su padre ni la voz de su madre". 21:18
La Perashá comienza hablando del proceder que debía seguir el soldado israelita que capturaba a una prisionera de guerra en una batalla no obligatoria.[1] Tenía prohibido tomarla en matrimonio inmediatamente; antes ella debía raparse la cabeza, cortarse las uñas, quitarse el vestido de cautiverio y llorar a sus padres durante un mes; este proceso era para que no resultara atractiva para el soldado, si aun después de este procedimiento insistía en casarse con ella, podía hacerlo. La Torá predice que quien se casa con esta mujer a la que se conceptuó como Yefat Tohar, finalmente va a tener un hijo desobediente y libertino, no escuchará ni a su padre ni a su madre.[2] Cuando fuere adolescente intentarán corregirlo una y otra vez, llegará a robarles a sus padres dinero para comprar carne y vino y los consumirá en forma voraz y desagradable, posteriormente cuando no pueda mantener su extravagante hábito, comenzará a robar a las demás personas para poder saciar su voracidad. Los padres preocupados por el hijo, lo llevarán al tribunal; expondrán el caso y ¿cuál será la sentencia? ¡Pena de muerte! ¿Por qué? Por comer carne y beber vino. ¿Acaso es motivo suficiente para un castigo tan severo? ¡Sí! La Torá sabe cuál será su conducta en el futuro y dice: “Es preferible que muera ahora que es inocente, antes que se convierta en un delincuente.
El Talmud menciona una opinión que nunca existió y nunca habrá un caso de Ben Sorer Umoré, (el hijo descarriado y rebelde), debido a que es virtualmente imposible que se puedan cumplir todas las condiciones prescritas en la Torá. Preguntan los Jajamim: “Si es así, ¿para qué mencionar un caso hipotético? Responden que al estudiar y comprender la lección, puede uno obtener una lección de cómo criar hijos y hacerlos crecer en una forma apropiada y así proveerán un gran bienestar a sus padres y a todo el Am Israel.[3]
Veamos un ejemplo que nos trae la Torá: A Sará Imenu le desagradaba el comportamiento de Ishmael y le demandó a Abraham que lo expulsara junto con su madre Hagar. Mientras vagaban por el desierto, se quedan sin agua. Ishmael estaba enfermo y debido a la deshidratación agonizaba. Hashem envió un ángel que se le apareció a Hagar y le dijo: “No temas, Hashem escuchó el llanto del joven”.[4] Los ángeles suplicaron a Hashem que no llevara a cabo un milagro para Ishmael: “Sus descendientes matarán a los hijos de Yitzjak, al no darles agua, ¿y tú, ahora le quieres salvar su vida dándole el preciado líquido? ¡Déjalo morir y así salvaremos a la progenie de Yitjak en el futuro!”. Hashem les dice: “¿Ahora es bueno o es malo? Lo estoy juzgando según su condición y sus hechos actuales, si ahora es bueno, no me fijo en el futuro”. Y así, milagrosamente aparece una fuente de agua e Ishmael se salva.[5]
Preguntan los Jajamim: Hashem abogó por Ishmael y le salvó la vida juzgándolo sobre el presente sin mirar el futuro; sin embargo con el hijo libertino y rebelde, Hashem nos dice: “Como en el futuro será un delincuente, ahora mismo lo matamos”, ¿Por qué? ¿Por qué en Ishmael vio el presente y en el hijo libertino ve el futuro y no lo que es ahora? ¿Cómo conciliamos esta fuerte y aparente contradicción?
La respuesta tiene que ver con ellos y con sus padres. Este hijo desobediente ¿de dónde salió? De una madre que era una cautiva de la guerra, un soldado judío que toma a la fuerza a una mujer de buena apariencia, la lleva a su casa, se casa con ella, y nace este hijo. Éste niño sigue la educación de la madre, ella, antes, había sido idólatra, fue a la guerra con la intención de hacer pecar a los hombres del ejército enemigo, ¿qué tipo de educación le va a impartir a su vástago? Seguramente la de un pecador…. Ishmael por el contrario tuvo como padres a Abraham y Sará, ellos le dieron el mejor ejemplo, ambos tenían opiniones similares y metas mutuas para la familia que planearon fundar, si nos fijamos en el versículo de referencia dice con respecto al Ben Sorer Umoré: “que no escucha la voz de su padre ni la voz de su madre…”. Esta es una parte fundamental en el tema de la educación de los hijos: cuando un hijo está expuesto a la voz de su padre, que le indica una cosa. Y por otro lado se encuentra con La voz de su madre que le muestra lo contrario… el resultado es desastroso, cuando el niño recibe señales mezcladas, termina siendo desobediente y rebelde. Y cuando lo que recibe es congruente y análogo, entonces este hijo crecerá con bases firmes y podrá crecer y ser un hombre digno y cabal.
Un Yehudí que vivía en Rusia, fue acusado falsamente, los magistrados eran conocidos como corruptos, además se ensañaban cruelmente contra los judíos, el veredicto resultó como se esperaba de un tribunal así, fue sentenciado a viajar a la gélida Siberia y pasar allí varios años de condena, eran contados los que habían alcanzado sobrevivir en las infernales condiciones, tanto del clima como de parte de los custodios, eran obligados a realizar trabajos forzados en el frío extremo, con poca comida y sin abrigo. Pasaron varios años y los abogados consiguieron recuperar su libertad. Al verlo regresar todos salieron a su encuentro asombrados y curiosos por saber cómo había hecho para resistir las terribles inclemencias de la prisión. Él les respondió: “En mi vida hubo algo que me forjó y llenó de fortaleza para poder enfrentar las peores y más duras pruebas… El ejemplo de armonía, respeto y solidaridad mutua que reinaba entre mis padres…”.
Todo lo que somos es en base a lo que aprendimos cuando fuimos pequeños. ¡Cuánto influye en la formación de la personalidad del niño la relación de sus progenitores! Si entre ellos hay discordias, les dan a sus hijos mensajes contradictorios. Esto atenta directamente contra su autoestima y confianza en sí mismos. Por eso, las bases y la línea de conducta de los padres deben ser firmes e inamovibles, para no confundirlos con cambios de posiciones e ideas. La base de la educación de los hijos es la unión del matrimonio, ya que si esa armonía no existe es imposible educar con éxito. La buena relación entre los padres es fundamental para que cuando este hijo forme su propio hogar transmita a sus descendientes el mismo mensaje. Si deseamos un buen presente y un mejor futuro, prestemos atención a como actuamos ahora, ya que nuestros hijos seguirán nuestro ejemplo, no se señala el camino mostrándolo con el dedo, sino caminando delante.….
Los hijos fueron depositados en nuestras manos por Hashem para ser educados con Torá, Mitzvot y buenas cualidades, ayudémosles a crecer sanos, proveyéndoles un hogar donde exista la felicidad natural y la tranquilidad espiritual. La “guerra” que deberán enfrentar contra las tentaciones ajenas a nuestro judaísmo cada vez son más atractivas y por ende más difíciles de afrontar, el desafío es grande, pero la recompensa será ver a nuestros hijos felices esta es la aspiración de todo padre, pero hay algo más importante, habremos cumplido con la misión que Hashem nos encomendó al entregarnos lo más precioso que para El existe: el alma de un niño. Aquellos que toman con responsabilidad la vida matrimonial, saben que todo el esfuerzo que realicen en ínfimo frente al pago que recibirán: la Presencia de la Shejiná en el hogar. ©Musarito semanal
“¿Tienes ansias por saber qué mundo te va a tocar cuando acabes esta vida?
Observa a tu hijo crecer y cómo los has de educar, si está en la senda debida”.[6]
[1] Quiere decir, cualquier conflicto armado contra otra nación fuera de las naciones de Kenaán se considera guerra opcional; Ver Rashí 20:10
[2] Rashí 21:11
[3] Sanhedrín 71a
[4] Ver Rashí en Bereshit 21:17
[5] Rosh Hashaná 16b
[6] Rabenu David Zaed
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