Perek 2, Mishná 7, continuación…
Él solía decir: …el exceso de consejos nos conduce al discernimiento....
Elegimos uno de los temas de esta Mishná, debido a que lo consideramos relevante para el desarrollo personal. Dijo Hilel: El exceso de consejos nos conduce al discernimiento. Así lo afirma el Mishlé: El que escucha consejos es sabio,[1] aún si un hombre no es lo suficientemente inteligente, pero se aconseja con los demás, entonces, podrá considerarse sabio, pues podrá distinguir entre lo bueno y lo malo. El sapiente, a pesar de que realmente puede apoyarse en su entendimiento para decidir sus asuntos, si se aconseja con otros, será doblemente exitoso, pues la salvación se da con muchos consejos.[2]
Dijeron nuestros sabios: Cuán bueno es que la persona tenga un buen amigo, un consejero a quien contarle sus asuntos. Mientras el rey David escapaba de sus enemigos, los hombres que se encontraba en el camino le decían que él habría de reinar sobre Israel, él pensaba: todos son mentirosos,[3] (incluso uno mismo puede llegar a ser “mentiroso” al momento de juzgar la opinión de los demás). Siempre será mejor la opinión de dos que uno solo,[4] incluso si el grande toma consejo de alguien menor, esto lo aprendemos del Todopoderoso, Quien creó el universo y todo lo que contiene, y sin embargo, cuando decidió crear al hombre, “se aconsejó” con los ángeles celestiales,[5] y a pesar que este término podría dar lugar a los herejes para tropezar y argumentar que existe pluralidad de divinidades… fue preferible plasmarlo de esta forma, sólo para enseñarnos este concepto tan trascendental: Antes de emprender cualquier proyecto, deberás consultar a los sabios y los ancianos y en caso de no conseguirlos, entonces deberás tomar consejo de los menores, pues el intelecto humano es deficiente y tal vez te puedas equivocar en algo o se te puede escapar algún detalle.[6]
Es sabido que todo individuo necesita tomar consejo, incluso el más intelectual de los hombres, ya que el gran deseo que tiene de llevar a cabo el pensamiento que ya posee, los ciega y le impide reflexionar sabiamente. siendo que se atasca en un solo pensamiento, requiere el consejo de otros que no están atrapados en la misma idea, ellos ahondarán correctamente, y así le aconsejarán lo más apropiado.[7]
Cuando el individuo se dispone a hacer algo, pensará cómo ejecutarlo, cuándo llevarlo a cabo, dónde, con quién, y todas las demás variables. El razonamiento y el análisis de las ideas es conocido como “pensamiento”, el cual llega a la mente como una fuerte corriente.[8] Cuando uno de esos pensamientos se elige para llevar a cabo uno de esos pensamientos, esto se denomina “consejo”, y estos consejos son puestos en el corazón de la persona por el Eterno, como dice el versículo: al final, la idea que el Todopoderoso induce en el pensamiento del hombre, es lo que se mantendrá.[9]
Debemos utilizar el sentido común, la experiencia y la inteligencia, para saber elegir personas juiciosas, quienes nos proporcionen buenos consejos para lograr nuestras metas evitando los tropiezos. Sin embargo, debemos estar siempre conscientes del hecho de que todas nuestras consideraciones, inteligencia, consejo y preparaciones no servirán de nada si el Todopoderoso no aprueba nuestra empresa y no la corona de éxito. Por lo tanto, antes de deliberar y buscar la opinión de otras personas, debemos, primeramente, aconsejarnos con Él; además debemos preguntarnos si los medios que conducen a nuestra meta son de acuerdo con Sus Leyes, las cuales están reveladas en Su Torá. Entonces, seguramente obtendremos el permiso y los medios para lograr la meta deseada. ¿cómo podemos saber si los medios y la meta son aceptables ante Él? Acercándonos a nuestros sabios, quienes tienen una visión más amplia de lo que es permitido y lo que no.
El hombre no tiene un ser querido más fiel que su propia esposa,[10] por eso dijeron los sabios: Si tu esposa es bajita, agáchate y escúchala.[11] sin embargo, por cuanto que generalmente las mujeres son volubles, es mejor que el individuo vaya con un sabio de quién provendrá el consejo y la sabiduría. Que tome muy en serio su opinión, porque le sugerirá lo más correcto de acuerdo con la Torá y a la rectitud con buen entendimiento. Al tratarse de un hombre justo, seguramente será fiel y mantendrá el asunto en secreto y dará un buen consejo.
Es correcto que el individuo de un consejo bueno y de todo corazón a toda persona, aún si se trata de su enemigo, como está escrito: debe hacer esto tanto para cumplir con su obligación hacia el Eterno, porque su enemigo sospechará de él y dejará a un lado su consejo para hacer lo opuesto, y esta será su venganza. Incluso sí con el bien de su compañero le resulta un daño a sí mismo, no debe preocuparse, porque el Eterno lo recompensará doblemente por ello.[12] Está prohibido opinar cuando no conoce el tema, si no sabe, que mejor se abstenga de opinar y diga: “No tengo ningún consejo para ti, mejor búscalo con otra persona. Pero si ves que tu prójimo quiere hacer algo que sin dudas resultará en algo dañino para él, tienes la obligación de decirle y aconsejarlo: no te quedes parado cuando veas que la sangre de tu prójimo se verterá.[13] Con más razón debes actuar si sospechas que quizás tu amigo comete alguna transgresión, debes avisarle y alejarlo de la prohibición, porque de lo contrario cargarás con su pecado. También a tus hermanos y familiares deberás dar un buen consejo y hacerlo aún si no te lo piden, pues no puedes hacerte el desentendido, porque son tu propia carne y con más razón si son tus descendientes. Aún si ellos actuaron indebidamente al no pedirte consejo, debes apiadarte de ellos como un padre se apiada de su hijo, y tienes que orientarlos y conducirlos hacia el buen sendero. Esto es para que hagan lo bueno y lo recto ante los ojos del Eterno, y de las personas, y para que sus hechos sean agradables y en beneficio de los demás, esto te hará acreedor de la satisfacción, tanto en este mundo, como en el Mundo Venidero.[14] . ©Musarito semanal
“Es bueno que consultes siempre con un amigo. Más averigua antes, si de veras está contigo”.[15]
[1] Mishlé 12:15.
[2] Ibid 24:6.
[3] Tehilim 116:11.
[4] Kohelet 4:9.
[5] Midrash
[6] Rabenu Yoná.
[7] Ver Meiri en Mishlé 20:18.
[8] Gaón de Vilna.
[9] Mishlé 19:21.
[10] Pele Yoetz; Consejo.
[11] Babá Metziá 59a.
[12] Séfer Hajasidím 134.
[13] Vayikrá19:16.
[14] Péle Yoetz, consejo y consejero.
[15] Rab David Zaed.
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