Perek 3, Mishná 13

 

 

Rabí Akibá dijo: La risa y la frivolidad habitúan al hombre hacia la inmoralidad. La transmisión es un cerco (protector) para la Torá; los diezmos son un cerco para proteger las riquezas; las promesas son un cerco para la abstinencia; el cerco para proteger la sabiduría es el silencio.

 

Rabí Akibá ben Yosef, una de las figuras más admiradas y queridas de la historia judía. Nació en Yehudá, cincuenta y dos años antes de la destrucción del segundo Bet HaMikdash.[1] Llegó a su grandeza, no por su linaje familiar, descendía de una humilde familia de conversos al judaísmo, y durante los primeros cuarenta años de su vida, fue completamente ignorante. Incluso, admitió libremente que en esos años, sentía un profundo y permanente odio hacia los eruditos de la Torá.[2]

 

Como varios de nuestros Abot HaKedoshim, Akibá trabajó durante su juventud como pastor para Kalba Sabúa, un judío muy rico y generoso. Kalba Sabúa tenía una hija: su nombre era Rajel. Era la joven soltera más solicitada de Jerusalem, y podía haber elegido casarse con el candidato de su elección: el hombre de mayor sabiduría, o que proviniera de la familia más prestigiosa. Pero, Rajel poseía una destacada percepción femenina, descubrió en Akibá un gran potencial, visualizó que, si se dedicaba a estudiar Torá, podría convertirse en uno de los más grandes Sabios de su generación. ¡Y no se equivocó! Ella aceptó ser su esposa a condición de que comenzara a estudiar Torá. El padre de ella, enfadado por la “incompatibilidad”, expulsó a su hija y a su esposo de su hacienda, y no les dio ni un centavo. Ambos padecieron penurias durante largo tiempo. Para mantenerse, él vendía leña y ella hasta tuvo que cortar su larga cabellera para venderla. Akibá partió a la Academia Rabínica de Yavne, en un principio le resultaba difícil entender. Un día encontró una piedra ahuecada y reflexionó: “Tal como la piedra pudo ser perforada por el agua, así también mi corazón de piedra puede ser penetrado por la Torá que es agua de vida”.[3] Permaneció 24 años estudiando en la Yeshibá y se aplicó con diligencia, recibiendo la sabiduría de Rabí Eliezer y Rabí Yehoshúa.[4] Cuando regresó a su hogar, ya no era un pastor ignorante, se había transformado en el mayor erudito de la época, maestro de la ley judía y líder de miles de estudiantes. Llegando a su hogar, se dirigió a los alumnos que lo acompañaban, miró a su esposa y les dijo: “¡Todo lo que soy ahora y todo lo que ustedes son, es por el mérito de mi fiel esposa Rajel!”. Cuando Kalba Sabúa se dio cuenta de la clase de yerno que tenía, apresuró a reintegrar a la pareja a su estatus y le entregó a Rabí Akibá la mitad de su fortuna.[5]

 

Fue agraciado con una capacidad intelectual realmente extraordinaria. Reunió y ordenó toda la Torá Oral por tópicos, estableciendo las bases para la posterior redacción de la Mishná por Rabí Yehudá Hanasí.[6] Sus enseñanzas registradas reflejan su notable humildad y modestia; su bondad y benevolencia. Destacó siempre en todo ser humano la imagen del Señor, y halló en el versículo: Amarás a tu prójimo como a ti mismo,[7] como el fundamento de toda la Torá. Tuvo doce mil pares de alumnos desde Gueva hasta Antipatris y todos ellos murieron entre Pesaj y Shavuot, porque no se respetaban unos a los otros, y el mundo de la Torá quedó desolado. Rabí Akibá, era un hombre que nunca se rendía, anteponía siempre el versículo que dice: Todo lo que el Misericordioso hace es para bien.[8] Después de la tragedia, fue hacía el sur y reunió a sus estudiantes: Rabí Meir, Rabí Yehudá, Rabí Yosé ben Jalaftá, Rabí Shimón Bar Yojái, Rabí Elazar ben Shamúa, y por medio de ellos reconstruyó el mundo judío, lo consiguió a través del único método fiable que conocemos, el único que nos ha mantenido existiendo: “El estudio y la práctica de la Torá”.[9]

 

El imperio romano estaba en su apogeo, y la tierra de Israel estaba bajo su control, ellos oprimieron a sus habitantes, hasta que los judíos, hartos de la situación se sublevaron y lucharon con fervor y patriotismo, pero el esfuerzo fue en vano. Los romanos destruyeron el Templo, mataron a decenas y miles de judíos y vendieron a decenas de miles más como esclavos. Unos sesenta y cinco años después, hubo otro intento de independencia nacional judía. Éste fue liderado por un hombre llamado Bar Kojbá, y Rabí Akibá lo aceptó como representante de la Voluntad Divina, y tomó parte en el período de preparación del levantamiento. Después de tres años de cruenta lucha, el grito de independencia de Yehudá fue sofocado por las tropas romanas y comenzó uno de los períodos más terribles en la historia de Israel: El gobierno de Roma impuso severas prohibiciones al estudio de la Torá y el cuidado de las normas judías. Ese periodo fue uno de los más crueles en la historia del pueblo judío. Cierto día, Papus ben Yehudá encontró a Rabí Akibá que reunía a distintos grupos y les enseñaba Torá. Le dijo: “Akibá, ¿es que tú no le temes a la orden del imperio?”. Este le contestó: “te lo explicaré por medio de una fábula: Un zorro estaba caminando por la vera de un río y vio peces que corrían de un lado a otro. Les preguntó el zorro: “¿de quién huyen?”, ellos respondieron: “huimos de las redes que los hombres echan al agua”. Él les dijo: “salten a la tierra y vivamos juntos, así como han vivido nuestros antecesores”. Ellos contestaron: “¿eres acaso tú el que llaman el más inteligente de los animales?, si nosotros tememos que nos pase algo en el elemento en que estamos acostumbrados, más peligroso aún será vivir en el elemento en el que hemos de morir…”. Se cuenta que después de un breve tiempo Rabí Akibá fue arrestado y echado a una prisión, y Papus ben Yehudá fue también encarcelado junto a él. Rabí Akibá le preguntó: “Papus, ¿quién te trajo aquí?”, este le contestó: “bienaventurado seas, que te preocupaste en el estudio de la Torá. ¡Ay de mí que me ocupé sólo de cosas mundanas!”. Cuando Rabí Akibá fue llevado a la ejecución, era el tiempo de recitar el “Shemá Israel”, y los romanos desgarraban su carne con un peine de acero. Rabí Akibá recitaba el “Shemá” recibiendo sobre si el Reino de los Cielos. Le preguntaron sus alumnos: “Maestro, ¿hasta este punto?”. Él les respondió: “durante toda mi vida siempre estuve preocupado por el versículo, con toda tu alma. Yo me preguntaba: ¿Cuándo tendré la oportunidad de cumplir con ese precepto? Ahora que tengo la oportunidad, ¿acaso no he de cumplirlo?”. Y mientras pronunciaba la palabra “Ejad” (Unico) fue que expiró. En ese momento, salió una Voz Celestial y dijo: Bienaventurado Akibá que tu alma ha partido con la palabra “Ejad”.[10]

 

Nuestro gran maestro fue arrestado y torturado hasta la muerte, murió como un mártir. Una resistencia personal tan grande dice mucho de su carácter. Enseñó a las futuras generaciones de judíos a luchar sin rendirse. Como hemos visto a lo largo de la historia judía, la resiliencia de los eruditos de la Torá y sus estudiantes ha salvado a los judíos de la destrucción y la posible extinción en numerosas ocasiones. Consciente de sus potenciales, aunque perdió a todos sus discípulos, asumió su responsabilidad y reintegró la Torá con tan solo un puñado de alumnos. Gracias a su ejemplo, otros hombres han sembrado el optimismo y la esperanza a lo largo de los tiempos de exilio y desesperación. Han sembrado el amor al prójimo, ver todo suceso positivamente y mantener la fe en un futuro mejor, y a sopesar todas las adversidades. Así, Rabí Akibá, que comenzó desde abajo, como un ignorante pastor, se convirtió en el arquetipo de todos los judíos de todos los tiempos. En definitiva, Rabí Akibá mostró el camino hacia la supervivencia judía.  © Musarito semanal.    by Elias E. Askenazi

 

 

“Los sabios brillarán como el resplandor del firmamento”.[11]

 

 

 

 

 

 

 

[1] Séder Hadorot.

 

[2] Pesajim 49b.

 

[3] Abot De Rabi Natán 6:2.

 

[4] Shabat 39b.

 

[5] Ketubot 62b-63a.

 

[6] Sanhedrín 86a.

 

[7] Vayikrá 19:18.

 

[8] Berajot 60b.

 

[9] Yevamot 62b.

 

[10] Berajot 61b.

 

[11] Daniel 12:3.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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