Perek 3, Mishná 6, continuación…

 

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Rabbí Jalaftá ben Dosá de Kefar Janánia dijo: cuando diez se sientan juntos y se ocupan de la Torá, la Presencia Divina reside entre ellos, pues fue dicho: El Eterno está Erguido en la congregación del Todopoderoso. ¿Y de dónde derivamos que incluso sobre cinco hombres? Como fue dicho: Su conjunto está fundado sobre la tierra. ¿Y de dónde derivamos que incluso sobre tres hombres? Como está dicho: En medio de los jueces Él juzgará. ¿Y de dónde derivamos que incluso sobre dos hombres? Como fue dicho: Entonces hablarán los temerosos del Señor, cada hombre con su compañero, y atendió el Eterno y escuchó… ¿Y de dónde derivamos que incluso sobre un hombre? Como fue dicho: En todo lugar donde Yo permita que mi Nombre sea recordado, vendré a ti y te bendeciré.

 

En el comentario anterior explicamos cada uno de los versículos que trajo Rabbí Jalaftá ben Dosá, y la conclusión a la que llegó fue que, el ambiente ideal para la Torá es aquél donde por lo menos diez personas estudien juntas: Dijo Rabbí Yehoshúa ben Leví: el hombre siempre debe esforzarse en madrugar para ir al Bet HaKnéset, para ser contado entre los diez primeros, y así, aún si luego llegaran otros cien, él recibe el pago de todos. Es decir, que recibe el pago equivalente al de todos los presentes.[1] Así lo establece la Halajá: Todo hombre debe llegar temprano al Bet HaKnéset, procurando estar entre los diez primeros.[2] El motivo de ellos lo explica Rabenu Yoná en la Guemará: cada uno de los diez primeros recibe el pago proporcional al de todos los que llegan detrás de él, ya que la Presencia Divina se adelanta a llegar al lugar donde se reunirá un Minián (quórum de diez personas), como está escrito: El Eterno está Erguido en la congregación del Todopoderoso.[3] Y aun a pesar de no ser uno de los diez primeros, de todos modos debe adelantar su llegada lo máximo posible, dado que quien se adelanta está más cerca de la Fuente de la Santidad, mientras que los últimos están más alejados…[4]

 

Quien no logra ser uno de los diez primeros en la plegaria matutina (Shajarit), debe también esforzarse en serlo en las Tefilot vespertinas (Minjá o Arbit). Y no sólo ello, sino que aunque llegó primero en Shajarit, tiene de nuevo la oportunidad de cumplirla en Minjá.[5] Y es en esta última donde se debe invertir mucho esfuerzo, pues la hora en la que se debe recitar esta plegaria, es cuando la persona se encuentra haciendo sus actividades, y generalmente le es difícil dejar las ocupaciones para llegar entre los diez primeros, escribe Rabbí Jaím Palaggi: incluso quien está a la mitad de un buen negocio y lo pospone para llegar a tiempo a la Tefilá, que no se angustie y piense que va a perder, pues es mejor renunciar a cualquier ganancia y llegar entre los diez primeros, pues el pago del Todopoderoso será mucho más generoso,[6] como lo refiere el Talmud: Rabbí Yehoshúa Ben Leví les dijo a sus hijos: “Lleguen temprano y salgan tarde del Bet HaKnéset, para que se alarguen sus días”. También se comenta allí, que Rabbí Yojanán se extrañó por la longevidad de algunos ancianos de Babel, ya que la larga vida es una bendición propia de la tierra de Israel, como está dicho: …la largura de tus días, para habitar sobre la tierra que el Eterno juró a tus padres”.[7] Cuando le informaron que llegaban temprano al Bet HaKnéset y permanecían allí hasta tarde, dijo que ése era el motivo de su edad avanzada.[8]

 

Una persona que vive en Har Nof, asistía regularmente a la Tefilá de Shajrit en el Minyán de las 6.25 am, en la congregación Bené Torá. Todas las mañanas, terminando la Tefilá, se sentaba a estudiar Torá con su Jabrutá (compañero de estudio). Sucedía que en ocasiones se quedaba dormido y llegaba tarde al Minyán, esto lo dejaba con un dilema, si iba a rezar al Minyán de las 6:25 entonces iba a perder algunos Pesukim (versiculos) de Pesukei D'Zimrá  (Versos de alabanza).[9] Su duda era si era mejor abandonar la recitación de estos versículos para poder llegar a tiempo a su sesión de estudio, o ir a rezar en el próximo Minyan en la sinagoga, que era a las 7:00 am y llegar tarde a su sesión de estudio. El hombre decidió preguntar al Rab Ezriel Auerbaj. Él pensó que el Rab le diría que era mejor saltarse partes de Pesuké D'Zimrá que llegar tarde al estudio de Tora. Pero para su sorpresa, el Rab Auerbaj hizo hincapié en la importancia de decir toda la Tefilá completa. El Rab concluyó que era preferible rezar en el Minyán que empezaba más tarde, a pesar de que iba a llegar más tarde a la hora habitual del estudio, (NDR: Esta instrucción no es para que todo el mundo la haga, cada evento es distinto y por lo tanto, se debe consultar a una autoridad Rabínica la forma de proceder, según las circunstancias de cada caso).

 

La siguiente mañana era el martes 18.11.2014, dos terroristas palestinos entraron a la sinagoga de la congregación Bené Torá, y dispararon brutalmente a los asistentes, ese fatídico día, el hombre se quedó dormido, y se le hizo un poco tarde, iba llegar con cinco minutos de retraso al Minyán de las 6:25. Aunque eran sólo pocos minutos, estaba en la disyuntiva si rezar ahí o no porque eso significaría perder parte de Pesuké D'Zimra. El hombre decidió seguir la enseñanza que el Rab Auerbaj le había dado y fue al Minyán que empezaba más tarde. Nunca se imaginó que el obedecer a la instrucción que el Rab le había dado, iba a ser lo que le salvaría la vida.[10]

 

Muchos enfatizan el cumplimiento de otras Mizvot, como Shabbat, Tefilín, Berajot... La palabra Mitzvá está relacionada con la palabra aramea Tzavta, que significa “unidad” o “compañía”. El mandamiento es el vínculo que une a la persona ordenada con quien dicta la orden, sin tener en cuenta la distancia en lo que respecta en rango y posición. Cuando un rey le ordena a cualquiera de sus súbditos que haga algo, aunque sea el más humilde de todos sus vasallos, esta petición establece un vínculo entre ambos. El servidor se siente muy honrado de que el rey le haya prestado atención y le haya solicitado una acción a él, una insignificante persona, y se sentirá afortunado de hacer algo para agradar al gran rey.

 

Si esto ocurre con el caso de cada Mitzvá, es así más aún en el caso de la plegaria. Porque nada acerca más al hombre al Rey de todos los reyes que la plegaria. Esta representa el vínculo con Él, y si cualquier Mitzvá nos acerca al Señor, la Tefilá es como estar abrazados a Él, y no existe mayor placer ni realización más grande que esto. El desconocimiento de esto provoca que la gente reste importancia a hacer Tefilá con un Minián o ser de los primeros diez en llegar al lugar donde se va a rezar, claro que toda oración es efectiva y benéfica, en todo contexto y en toda circunstancia, pero no es comparable a la que se realiza junto con un Tzibur (congregación), esa plegaria es cualitativamente más efectiva porque es mejor aceptada por el Señor. deben saber que cada uno de nosotros tiene un poder increíble, una conexión directa con el Creador del Universo, no desperdiciemos esta valiosa oportunidad.[11] ©Musarito semanal.    by Elias E. Askenazi

 

 

“El rezo del público siempre es importante, pues no es lo mismo cuando muchos realizan una Mitzvá que pocos haciéndola”.[12]

 

 

 

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[1] Berajot 47b.

 

[2] Shulján Aruj, Oraj Jaím 90,14.

 

[3] Tehilim 82:1.

 

[4] Ateret Zekenim, 90.

 

[5] Rab Zilvershtein en su libro Tubeja Yabíu.

 

[6] Kaf HaJaím 19,2.

 

[7] Debarim 30:20.

 

[8] Berajot 5a.

 

[9] Se refiere a una serie de versos del Tanaj, que son parte de la oración matutina, en caso de necesidad se pueden saltar, pero está lejos de ser lo ideal.

 

[10] Rab Yehonatán Géfen.

 

[11] Adaptado del libro Extraído del Sefer Alenu Leshabeaj.

 

[12] Rash”í; Vaikrá 26:8.