Perek 4, Mishná 11, continuación…

 

 

Rabí Eliezer Ben Yaacob dice: "Quien cumple un mandamiento, adquiere un defensor. Quien comete un pecado, adquiere un acusador. El arrepentimiento y las buenas obras, son como un escudo contra el castigo. Rabí Yojanán Hasandelar, dice: "Cada reunión que se lleva a cabo en aras del Cielo, su fin es perdurar. Y toda reunión que no es en aras del Cielo, su fin es no perdurar ".

Todo lo que hacemos en este mundo es tomado en cuenta, y no pensemos que existen actos tan insignificantes que pasan desapercibidos; cada acto, cada palabra y cada gesto, absolutamente todo es tomado en cuenta en el balance del hombre sobre la tierra. Y al ser que el hombre posee la libertad de elegir que acción tomar, ya que fue provisto de libre albedrío, por cada acto de piedad que la persona realiza, se crea un Praklit (abogado defensor), se trata de un ángel[1] que, justifica su existencia ante el Cielo, y este mismo ser, intercederá, no solamente por quien lo creó, sino que abogará a favor de todo Israel, solicitando que todos tengan el mérito de cumplir otras Mitzvot. Sin embargo, cuando el hombre elige lo opuesto, se crea un Kategor, (un fiscal acusador) quien procurará denunciarlo ante el Tribunal Divino, buscando deteriorar el destino, no solo ante quien lo originó, sino sobre el futuro de toda la nación judía. La balanza pende no solo en forma particular, sino que la suerte del mundo entero puede estar dependiendo de una sola acción, la cual justificará su existencia, o lo contrario.[2]

 

Es importante mencionar que, los méritos no compensan, ni tampoco erradican las transgresiones, por ejemplo: si una persona dona cierta cantidad a una Yeshibá, no compensará el hecho que ese dinero se obtuvo en forma ilícita. Y esto no aplica solamente en el Juicio Final que el hombre debe enfrentar al final de su vida, también en este mundo, cada Mitzvá ejerce una influencia favorable, mientras que los actos malvados, ejercerán adversidades.

 

Relató un Rabino, que cierta mañana caminaba hacia la academia donde habitualmente disertaba ante sus alumnos palabras de Torá. Venía absorto en sus pensamientos, un auto se detuvo a su lado y el conductor le ofreció llevarlo. El tránsito era intenso y llegaron justo a la hora que comenzaba su clase, por lo que se apeó de prisa del auto y apuró el paso hacia el auditorio donde los alumnos esperaban. Cuando estaba por comenzar la disertación, buscó la libreta que siempre llevaba consigo, y se dio cuenta de que la había olvidado en el coche en el que llegó a la Yeshibá. ¡Se puso helado! en ella no solo estaba escrito un resumen de la clase que había preparado para sus alumnos, era su tesoro, contenía 30 años de investigación, cada párrafo, cada letra era una parte de su experiencia y sabiduría. Tenía que encontrarla, pero… ¿cómo? No conocía al conductor, no lo había visto antes, no se fijó en la matrícula del auto, se había bajado tan rápido que no se fijó en nada que lo ayudara a recuperar la libreta. No tenía copia de los escritos. Procuró recordar si en la libreta había anotado su nombre, su número de teléfono o alguna dirección, pero no lo había escrito. ¡Estaba sumamente angustiado! Todo el trabajo de 30 años, era algo invaluable…

 

  Los siguientes días, caminó por la misma ruta, con la esperanza de que el conductor lo reconociera, pegó anuncios en varios lugares, fue a donde la gente dejaba las cosas perdidas, fue a los edificios y tiendas y les pidió que revisaran las cámaras de seguridad de aquel día, con la esperanza de poder obtener el número de matrícula del auto y así localizar al conductor, pero no lograba hallar el paradero.

 

No estaba dispuesto a rendirse, rezó y reflexionó acerca de lo que el Todopoderoso requería de él. En una de esas cavilaciones, le llegó una posible causa, tenía la costumbre de visitar a sus padres por lo menos una vez por semana, sus ocupaciones le exigían cada vez más de su tiempo y atención, y las visitas a sus progenitores se hicieron cada vez menos frecuentes. “¿Tal vez esta sea la razón del porque no puedo encontrar los escritos?”, está escrito: “Honra a tu padre y a tu madre, como el Eterno te ordenó, para que tus días se prolonguen y para que te vaya bien…”,[3] y no hay más bien que la Torá. Decidí ir a visitar a mis padres, al verme llegar se emocionaron y me recibieron con mucha alegría.

 

Al siguiente día, recibo una llamada de mi padre, quien después de saludarme me pregunta: “¿Acaso extraviaste una libreta con comentarios sobre la Torá?”. Me tardé en responder: “¿Có… cómo lo sabes?”, me comentó que hay un hombre que los visita con frecuencia para cumplir con la Mitzvá de Bicur Jolim (visitar a los enfermos), recién saliste ayer de la casa, llegó el visitante, y después de saludar me mostró una libreta, me dijo que tenía unos días que se dirigía a su trabajo y en el camino encontró a un hombre andando de prisa por la acera, decidí ofrecerle llevarlo a su destino, después que se apeó del auto, se dio cuenta de que el hombre había olvidado esa libreta, intentó buscar el nombre o algún número telefónico y en una de las hojas encontró escrito nuestro apellido, entonces, lo trajo a nuestro domicilio para ver si pudiéramos reconocer al dueño…”. 

 

¿Qué podemos aprender de este relato? Cuando el hombre busca cumplir con la Orden de su Creador, invirtiendo en ello, voluntad, talento, concentración, fervor, adquiere para sí una clara evidencia del amor por su Hacedor, haciéndolo meritorio a recibir la oportunidad, la libertad y los recursos para continuar cumpliendo más Mitzvot, y en especial la de estudiar o la de divulgar los conocimientos de la Torá.

 

El Todopoderoso nos ha obsequiado un regalo que es el más valioso que posee el ser humano, su nombre es: Teshubá, por medio de ella se transforman a los ángeles acusadores que se crearon con actos indebidos, y los convierte en abogados defensores. El arrepentimiento total y sincero, no es algo sencillo, pues primeramente debe luchar en contra de sí mismo para rechazar las excusas y justificaciones que su mente argumenta para acreditar la transgresión: Todos los caminos del hombre son rectos ante sus ojos.[4]  Una vez que consiguió someter al instinto que lo induce a apartarse del camino de la Teshubá, debe tener la entereza y la fortaleza para soportar la tentación que el Instinto Maligno, el cual continuará incitando para hacerlo tropezar de nuevo. Teshubá no significa mejorar, sino cambiar. Ser distintos. Una persona que se da cuenta de que subió al tren equivocado, no gana nada sentándose en el asiento opuesto para enfilar así en dirección a su meta. Debe descender del tren, encontrar el origen de su error, orientarse y comenzar un nuevo camino, esto no solo lo liberará de los ángeles acusadores, sino que los transformará en abogados defensores.

 

Un alumno del Rebe de Karlin se lamentaba frente a su maestro de que no había alcanzado el nivel espiritual de la devoción plena a lo que había aspirado. “¿Qué puedo hacer por ti, hijo mío?”, le preguntó el Rebe. “Hasta ahora no he podido encontrar la llave para abrir tu corazón…”. “¿La llave?”, gritó angustiado el alumno. “¿Quién necesita una llave? ¡Rebe! ¡Use un hacha para abrir mi corazón…!”.  “No es necesario”, replicó el Rebe, “Tu corazón acaba de abrirse…”.[5] © Musarito semanal.    by Elias E. Askenazi

 

 

“RECONOCER es tan importante, que se escribe igual al derecho y al revés”.

 

 

 

 

 

 

[1] Bartenura.

 

[2] Ver Rambam, Hiljot Teshubá, 3

 

[3] Debarim 5:16.

 

[4] Mishlé 16,2.

 

[5] Extraído del libro: De Generación en Generación, Rab Abraham Twersky.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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