PERASHAT AJARÉ MOT
“ Hashem habló a Moshé después de la muerte de los dos hijos de Aharón, cuando presentaron un fuego extraño delate de Hashem y murieron. (Vaikrá 16:1)
Imaginemos que retrocedemos en el tiempo y nos encontrmos en el día de la inauguración del Mishkán. Aharón acerca por primera vez el Corbán, aparece un fuego y consume sobre el Mizbeaj (Altar) la ofrenda. La Gloria de Hashem se manifesta ante nosotros, alabamos a Hashem y caemos sobre nuestros rostros. Mientras tanto Nadav y Avihú, rebosados por el júbilo de la ocasión, toman carbones encendidos de un lugar ajeno al Mizbeaj, los colocan sobre sus braseros y las ofrecen delante de Hashem, entonces sale un fuego que devora sus entrañas y quedan sin vida en el lugar, todos nos quedamos pasmados, cuando Aharón se entera, se queda callado. Moshé llama a sus sobrinos Mishael y Eltsafán, y les dice: 'Acérquense y saquen a sus hermanos de delante del Santuario, fuera del campamento'. Ellos, recogen los cuerpos inertes, y los sacan fuera del campamento, como había mandado Moshé...". ¿Qué estaríamos pensando en este momento? ¿Qué fue lo que pasó? ¿Cuál fue el pecado de Nadav y Avihú para merecer esa extraña muerte? ¿Qué nos quiere mostrar Hashem con este hecho?
Primeramente tenemos que entender lo que significa “el fuego”. Este representa el fervor, la pasión, la decisión, el ímpetu por alcanzar algo. Ellos querían acercarse a Hashem por medio del fuego, ellos lo habían aprendido de su padre Aharón cuando acercó el Corbán por primera vez…. Entonces ¿Cuál fue su error? ¿Acaso no estaban actuando correctamente? Su equivocación fue el haber acercado un fuego “extraño”. Esta misma falta fue cometida por Adam y Java cuando seducidos por la serpiente, los engañó haciéndoles creer que comer del fruto prohibido expandiría su sabiduría. El hombre es muy vulnerable a esta idea, siempre busca los medios para poder llegar más allá de su capacidad. Acaso ¿esto es algo malo? Por supuesto que no, esto nos ayuda a superarnos, la cuestión es de qué nos valemos para llegar al objetivo. Nadav y Avihú eran hombres grandes, quizás más grandes aún que Moshé y Aharón. No obstante, ellos también cayeron presa de este engaño. Adám y Javá, Nadav y Avihú. Ambas parejas, equivocadamente, pensaron acercarse más a Hashem a través de medios artificiales. Ambos pagaron caro por su error. Dicen que la única cosa que el hombre ha aprendido de la historia es que el hombre falla en aprender de la historia. Hoy vemos gente que piensa acercarse a Hashem por medio de la riqueza, se dicen que amasando una gran fortuna podrán donar y abrir nuevas instituciones donde se imparta la Torá… Si ésta es realmente la intención, ¡Bienaventurado sea quien lo haga! sin embargo ¿Quién garantiza que no es una trampa más del instinto maligno para justificar el abandono de la Torá, para poder hacer más y más dinero para satisfacer todos sus caprichos…? Otro argumento que solemos escuchar es de aquellos que sostienen cumplir con Hashem a “mi manera y a mis posibilidades…” o “según como lo sienta…” o “Hasta que me nazca…” ¡Estos son sólo argumentos que provienen del Yétzer Hará!
La única forma de acercarse a Hashem es por medio del estudio y el cumplimiento de lo que está escrito en su Torá, si tus actos no se rigen bajo sus lineamientos, entonces te estás acercando a Hashem con un fuego extraño y esto es muy peligroso, ni hombres de la talla de Adam y Javá, Nadav y Havihú, que alcanzaron tanta cercanía hacia Hashem no pudieron evitar caer en la trampa. ¿Qué protección podemos tener seres tan frágiles y tan alejados como nosotros? Espiritualidad puede ser lograda a través de duro trabajo y dedicación, subyugando las inclinaciones naturales de uno en favor de la voluntad Divina. No hay método fácil o instantáneo.
¿Cómo podemos darnos cuenta si el “fuego” que presentamos ante Hashem es auténtico o no? Hay una prueba muy sencilla, podemos compararlo a un hombre que se encuentra en una autopista pedaleando una bicicleta, si el camino es sinuoso, el ciclista no se percata si va de subida o de bajada. ¿Cómo saberlo? Si el avance le cuesta trabajo… puede estar seguro que va hacia arriba, pero si el pedaleo no representa ningún esfuerzo para él, significa que va hacia abajo…. No importa que tan poco o mucho hagas, lo importante es que vayas siempre hacia arriba. Hashem no nos pide demasiado, sólo desea que nos pongamos en movimiento, que avancemos y nos comprometamos a escalar siempre asidos de la cuerda que cuelga del Cielo, lo difícil es comenzar a escalar, no importa si partimos del punto cero el punto es ir siempre hacia arriba. Si esa es realmente nuestra intención, Hashem ayudará hasta que podamos llegar hasta la cúspide.
Aharón se quedo callado porque sabía que el sacrificio de sus hijos fue Leshem Shamaim, sin embargo nosotros no podemos quedarnos en silencio, cuando sabemos que nuestra generación, especialmente los más jóvenes, está expuesta a pruebas difíciles (fuegos extraños) que nuestros antepasados ni siquiera conocieron. Los tropiezos a los cuales están expuestos en la actualidad, son de la clase que impurifica el corazón y el alma, vemos como sus cuerpos se consumen ante todo tipo de abusos en su búsqueda de la supuesta “felicidad”, intoxicándose con todo tipo de sustancias. ¿Cómo podemos sacarlos adelante sin “que se quemen” con toda la inmundicia que hay por doquier? ¡¿Cuántos de nuestros hermanos, dispersos por todo el mundo, han encendido ese "fuego extraño" que ha consumido sus almas?! ¿Cuántos han abandonado el cálido fuego del judaísmo, para buscar abrigo en la triste asimilación de las diásporas? Hay que saber sacar lo mejor de nosotros mismos, comprender que el único destino que tenemos es el judaísmo, no hay otro camino para encontrar la verdadera alegría y la paz en este y en el Mundo Venidero, por lo tanto debemos crecer espiritualmente estudiando y practicando lo que nos indica nuestra sagrada Torá. ©Musarito semanal
“Quien menosprecie la vida, sufrirá por ello; quien tema a los Mandamientos, será recompensado”.
(1) 9:22-24
(2) 10:1-5
(3) Rab Abraham Twersky
(4) Mishlé 13:13
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