El cantar de los cantares

1.13 “Tzeror Hamor Dódi Li Bén Shadáy Yalín.”

 

 

“Como atado de mirra mi Amado es para mí, que entre mis pechos pernoctará”.

 

En Breve:

 

Kenéset Israel se dirige al Creador diciendo: “El aroma que despide el atado de mirra[1] que se encuentra en Tu posesión, es más intenso que el perfume que emana de mi nardo. Y por este motivo te pido que pernoctes conmigo para deleitarme de tu aroma”.[2]

 

Profundizando:

 

Afirmó Rabí Juniá en nombre de Rabí Ajá: “No hay cosa más valiosa para una mujer que el atado de mirra que ella oculta muy cerca de su corazón, mostrando así el aprecio que tiene hacia el hombre que ama”. Por medio de esta alegoría el autor quiere manifestar el amor y el cariño que Kenéset Israel muestra hacia el Creador.[3]

 

Israel le dice a su Amado: “aunque mis buenas obras se comparan a la fragancia que emite el nardo, Tus bondades se equiparan a un manojo de mirra; Tu flor nunca pierde su esencia; por consiguiente, ella supera al efluvio de mi nardo”. En un sentido metafórico podemos decir que el “aroma” que emana de los actos que el hombre hace, en correspondencia a la infinidad de favores que recibe por parte del Creador, no tienen comparación, pues el acto del hombre es limitado y perecedero, al igual que el aroma que despide el nardo, es agradable mientras se mantenga fresco, sin embargo, al marchitarse la flor su fragancia desaparece, en cambio la mirra su perfume se conserva perenne. Esto nos viene a enseñar que, hagas lo que hagas, nunca alcanzarás a adelantarte y siempre estarás en deuda con Él. …entre mis pechos pernoctará, Israel le implora al Creador que Su Presencia Divina repose siempre entre sus hijos.[4]

 

 

 

Enseñanza ética:

 

Rabbí Azariyá en nombre de Rabbí Yehudá explicó[5] que: Un atado de mirra es mi Amado para mí, se refiere a Abraham Abinu, lo comparó con la mirra: Y toma tú especies finas: mirra fina (lit. especias principales).[6] Que sean de alta calidad.[7] Así como la mirra,[8] es el primer ingrediente que se menciona en el versículo de las especies aromáticas que se utilizaban en la preparación del Ketóret (incienso), así también Abraham, nuestro patriarca encabeza la lista de los Tzadikim. Así como para extraer el perfume de la mirra, debe pasarse por el fuego, así también los hechos de Abraham no fueron conocidos hasta que fue introducido al horno ardiente en Ur Kasdim (Ur de Caldea). Así como las manos del artesano se amargan durante la preparación de la mirra, Abraham sufrió diez difíciles pruebas para santificar el Nombre sagrado del Creador.[9] La recompensa estaba establecida incluso antes de que él superara las pruebas, esta escrito en el libro de Iyob (Job): ¿Quién me ha precedido, para que Yo lo pueda recompensar? Pues todo lo que hay bajo el cielo es Mio.[10]

 

Un sobreviviente del Holocausto es hoy dueño de una conocida panadería en Nueva York. El relató una de las vivencias que tuvo durante ese terrible periodo de la historia: “Tenía solo nueve años, la barbarie nazi se había apoderado del control de la mayoría de sus países vecinos, se habían empecinado en acabar con los judíos que habitábamos aterrorizados dentro de un bunker en el gueto, no sabíamos si estábamos más expuestos a la muerte adentro de nuestras casas o fuera de ellas... Un día salí del refugio a buscar algo para comer, y cuando volví mi hermana pequeña no se hallaba allí. Tenía que encontrarla antes que lo hicieran los oficiales que patrullaban las calles, así que salí de nuevo a la calle asumiendo los riesgos que eso implicaba. Unas personas que andaban por allí me dijeron que ellos habían visto a un policía de la Gestapo que tomó por la fuerza a una pequeña niña y se la había llevado a rastras a uno de los campamentos del ejército. Me vinieron a la mente los gritos y llantos ahogados de mi madre cuando le dijera lo sucedido… No, no podía decírselo, ella estaba muy enferma y apenas podía moverse, una angustia como esa seguramente la mataría…. Pero, ¿Qué podía yo a hacer? Mi lógica me decía que, en una situación así cada uno tenía que resguardar su vida. Pero..., ¿Y si la liberación de mi hermanita estaba en mis manos…? Y así sucedió realmente: en mi mano estuvo su salvación...

 

Fui corriendo hasta el puesto militar. Cuando llegué, comencé a gritar: '¡Devuélvanme a la niña que recién ingresaron!'. Los policías que custodiaban los límites del campamento se burlaban de mí. En ese momento, se asomó un oficial de alto rango envuelto con medallas y me preguntó: '¿Qué haces tú aquí?'. Procuré responder con aplomo: 'Vine por mi hermana'. En tono burlón respondió: '¡Ah! ¿Esa niña es tu hermana?'. Moví mi cabeza en señal de afirmación e intenté persuadirlo: 'Déjeme llevarla. Mi mamá está enferma y.…', ni siquiera me dejó terminar. '¡Ja! ¡Ja!', lanzó una risotada. 'No sólo no te la voy a dar, ¡Sino que te voy a apresar también a ti...!'. Entonces intenté cambiar la estrategia, me puse a llorar, cosa que al soldado no le hizo mella alguna. Desesperado insistí: 'Por favor, deme a mi hermana. 'Mira, no tengo tiempo para estarlo perdiendo contigo, te voy a poner una condición, o la cumples o te meto preso…', el soldado me miraba fijamente a los ojos esperando mi respuesta. '¿Y cu... ¿Cuál es? ¿Qué es lo que desea que haga?'. '¡Devolveremos a tu hermana el día en que te crezcan pelos en la palma de la mano!, ese día todos ustedes estarán ya muertos, judíos...”. Una sonrisa sarcástica del soldado se desdibujó bruscamente y mostró una cara de asombro y horror cuando le mostré mi palma derecha: '¡Aquí la tienes, ahora deja salir a mi hermana…!'. Con la misma expresión de consternación, se metió en el cuartel y salió tomando a mi hermana de la mano. La empujaba hacia afuera mientras vociferaba: ´¡Lárguense de aquí ahora mismo…!'. Corrimos como locos y llegamos a la casa, donde mi madre al vernos cambió su llanto de angustia por uno de alegría. Y mientras ella abrazaba a mi hermanita, yo observaba mi palma derecha llena de pelos, y me acordé de aquella vez que me había “enojado” con el Todopoderoso…

 

Tiempo atrás, me había quemado con una olla caliente y me hicieron un injerto de piel en la palma de mi mano por una parte de mi muslo. Siempre me lamenté de aquel suceso y me preguntaba cómo el Creador pudo castigarme de esa manera. Escondía mi mano para que no me la vieran, y para que no se burlaran de ver una parte de la mano con pelos… ¡Nunca jamás me imaginé que eso iba a servirme para salvar la vida de mi hermana, de mi madre y la mía! Ahora que soy anciano, muestro la palma de mi mano con orgullo y le enseño a todo el mundo lo que dice el Creador: ¿Quién me ha precedido para que Yo lo pueda recompensar? Pues todo lo que hay bajo los cielos es Mío.[11]-[12]

 

       Dijo Rabí Yirmiyá ben El'azar:  Llegará un día que saldrá una Voz de los Cielos retumbando sobre las cimas de las montañas, que dice: Todo aquel que sienta que realizó una labor loable en nombre del Creador y considera que merece alguna recompensa, que venga y que la tome… El Espíritu Divino clama y dice: ¿Quién me ha precedido para que Yo lo pueda recompensar? ¿Acaso existe alguien qué me haya elogiado antes de que Yo le otorgue la vida? ¿Quién circuncidó a su hijo antes de que Yo le diera descendencia? ¿Quién ató Tzitzit a su túnica antes de que Yo le diera ropa para vestir? ¿Quién colocó una protección en el perímetro de su azotea antes que Yo le otorgara ese techo? ¿Quién erigió una Sucá antes de que Yo le diera un lugar para construirla? ¿Quién dejó la esquina de su huerto para los pobres antes que Yo le otorgara un campo? ¿Quién apartó el diezmo antes de que Yo le diera un granero? ¿Quién ofreció delante de mí un animal puro antes de que Yo le otorgara ese presente para ofrecer en el altar? ”.[13]

 

Aunque nuestras buenas obras se comparen a la fragancia que emite el nardo, las bondades del Creador hacia nosotros son como un manojo de mirra; nunca pierden su esencia, Él siempre tiene preparada la cura antes de enviar la enfermedad,[14] Su mano se da a notar, en ocasiones a último momento, en otras incluso antes. Todo lo que le sucede al ser humano, no se gesta en el instante en el que suceden las cosas, previo al evento, ya existe el escenario, los actores, la posible complicación y la certera solución, todo está minuciosamente planeado, mucho antes de nuestro nacimiento y todo se lleva a cabo según lo que Él programó. No existe problema que no tenga una solución, Él siempre antepondrá un recurso para salir de cada vicisitud de la vida, lo único que nos corresponde hacer es, encontrarla...©Musarito semanal

 

 

 

 

 

“Y confiarán en Ti los que aprecian Tu nombre, porque no has abandonado a los que Te buscan.[15]

 

 

 

 

 

[1] Sustancia resinosa de color rojo y olor intenso, compuesta de aceites esenciales, resina y goma, que se extrae de distintos árboles cultivados principalmente en Arabia y Etiopía; se emplea en perfumería.

 

[2] Metzudat David

 

[3] Shir HaShirim Rabbá 1:13

 

[4] Metzudat David

 

[5] Shir HaShirim Rabbá 1:13

 

[6] וְאַתָּה קַח־לְךָ בְּשָׂמִים רֹאשׁ מָר־דְּרוֹר  Y toma tú especies finas: mirra fina; Shemot 30:23

 

[7] Ra”shí

 

[8] La mirra es una resina aromática. Se obtiene haciendo una incisión en la corteza del árbol Commiphora myrrha, de la cual exuda una resina gomosa, de color amarillo que al secarse tiene formas irregulares y tonalidad pardo-rojiza, crece al noreste de África, en Arabia y Turquía. Muy valorada, ya que era uno de los componentes para la elaboración del Ketóret que se usaba en el Bet HaMikdash.

 

[9] Shir HaShirim Rabbá 1:13

 

[10] Iyob 41:3

 

[11] Iyob 41:3

 

[12] Extraído de Yated Shelanu. Hamaor

 

[13] Midrash Tanjumá, Emor, 7

 

[14] Meguilá 13b

 

[15] Tehilim 9:11

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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