El cantar de los cantares

2.1 “Ani Jabatzélet Hasharón, Shoshanát Ha'amakím”.

 

 

“Yo soy como el lirio del Sharón, la rosa de los valles”.

 

En Breve:

 

Israel expresa aquella virtud particular que le hizo obtener el amor del Creador hacia ella, comparándose con una rosa o lirio propios de lugares que son aptos para que estas flores se mantengan siempre lozanas.

 

Profundizando:

 

Dice la congregación de Israel al Todopoderoso: Yo soy como aquel lirio del Sharón y como aquella rosa de los valles, [1] refiriéndose a la frescura que conservan las flores gracias al entorno donde son sembradas; queriendo decir que el 'Am Israel mantiene siempre lozano su amor hacia el Creador, independientemente de cualquier situación o circunstancia.[2]

 

Así como el lirio o azucena de la llanura crece siempre que el suelo proporcione una humedad constante para que sus raíces se mantengan siempre frescas; de la misma forma Israel no puede subsistir sin la Torá y de aquellos que la personifican.[3] De la palabra Jabatzélet (Lirio) podemos extraer una gran enseñanza: La palabra Jab (en hebreo) proviene de Jibá (amor).[4] Dice la Congregación de Israel: soy Jabibá (amada) por el Todopoderoso. A pesar de que me encuentro Jabuyá (oprimida, observemos que proviene de la misma raíz), exiliada y eclipsada por Tzél (la sombra) de las naciones, aun en esas condiciones me mantengo lozana,[5] todo esto gracias al estudio y el cumplimiento de lo que está escrito en la Torá, la cual fue comparada con el agua que humedece las raíces de toda planta.[6]

 

El emperador Adrianus, en representación del imperio romano, prohibió el estudio de la Torá. Papus ben Yehudá llegó de visita y encontró a Rabí Akibá, que reunía a distintos grupos y les enseñaba Torá. Le dijo: “Akibá, ¡estás poniendo en peligro tu vida! ¿Acaso no escuchaste la sentencia del emperador?”. Rabí Akibá le contestó con la siguiente parábola: “Un zorro estaba caminando por la orilla de un río y vio que los peces nadaban de un lado al otro. ‘¿De qué están huyendo?’, preguntó. Un pez le respondió: ‘Escapamos de las redes del pescador’. ‘En ese caso’, dijo el zorro, ‘vengan y quédense en la tierra seca junto a mí’. Los peces le contestaron: ‘¿Eres tú al que describen como el más inteligente de los animales? No eres astuto sino tonto. Si estamos en peligro aquí en el agua, que es donde vivimos, ¡cuánto más lo estaremos en la tierra seca, donde seguro moriremos!’”.

 

Rabí Akibá dijo: “La Torá es para la supervivencia judía como el agua para el pez. Sí, constantemente nos encontramos en peligro. El enemigo es fuerte y numeroso. Lo único que nos mantiene a salvo de caer en su poder es la Torá. Ella es la que sostiene nuestra identidad. Si la dejáramos para pasar a ‘la tierra seca’ de los romanos, moriríamos con seguridad”.[7]

 

 

Enseñanza ética:

 

La mejor forma de mostrar apego hacia el Todopoderoso es mostrando confianza en sus resoluciones, aunque en ocasiones no logremos entender Su proceder e incluso que la situación nos parezca adversa debemos mantener la calma, la cordura y el convencimiento pleno de que todo lo que nos sucede es para nuestro propio bienestar. Un excelente ejemplo es David Hamélej, a pesar de haber tenido una vida afanosa supo afrontar las dificultades. Desde niño fue insultado, denigrado; conforme fue creciendo tuvo que librar infinidad de desafíos: contendió en sangrientas luchas, incluso con el gigante Goliat. Tuvo también que sortear desengaños con sus esposas e hijos, su suegro buscaba aniquilarlo, uno de sus hijos también buscó matarlo para apoderarse del reinado de Israel… y él, muy lejos de perder la fe en el Creador, y en lugar de quejarse o deprimirse escribió el en Tehilim: Vedomanti Nafshí,[8] calmé y tranquilicé mi alma, como un pequeño bebé en los brazos de su madre mientras se alimenta de ella. A pesar de los desafíos, David estaba tan tranquilo como un bebé en los brazos de su mamá, sabiendo que lo que estaba recibiendo provenía de su amorosa madre.

 

Una madre desea siempre que su bebé que esté saludable y sabe que para conseguirlo requiere que su vástago se alimente bien, que esté limpio y contento. Pero a medida que el bebé crece, se opone, patalea y llora, muestra inconformidad e incomodidad cuando la madre intenta cambiarle el pañal y se resiste a que su madre lo coloque en una posición tan incomoda solo para asearlo, y muestra resistencia. Si aquel bebé tuviera un poco más de entendimiento, pudiera concebir que su madre está haciendo lo mejor para él, incluso en esos momentos en los que siente cierta incomodidad.[9] Esto se compara a aquella persona que al ver que en el mundo se puede encontrar sufrimiento y crueldad y observa cómo a gente malvada le va bien y a los justos no les brilla la vida como su lógica humana le dicta que debía de ser, seguramente preguntará ¿Por qué?

 

La realidad es que no poseemos la sabiduría suficiente para entender la respuesta, ni siquiera el hombre más sabio que ha existido pudo encontrar respuesta y así estableció: Y observé toda la obra del Creador, ya que no podrá el hombre entender la acción que se hace bajo el sol; por más que se afane el hombre por buscar, no podrá hallarlo, y también si dice el sabio saber, no podrá saberlo.[10] Solamente aquel que posee la noción que el Creador se conduce con Suprema y Absoluta Bondad porque es esencialmente Bueno y de Él sólo emana Bondad; Él conoce lo que es bueno para el destino de cada uno y bajo este criterio decide cada la situación particular de cada ser, su disposición ante cualquier escenario será como la de aquél bebé en el regazo de su madre, ¿Acaso él se pregunta por qué su madre lo mueve de un lado a otro, o por qué después de alimentarlo le da palmadas en su espalda? ¡Ni siquiera se le ocurre preguntar! Él confía en los brazos protectores de su madre. Así debe ser la postura de una persona que posee fe en el Creador, no duda y ni siquiera pregunta acerca de lo que pudiera devenir…

 

Relató un conocido Rabino que cuando era niño, estaba jugando con un grupo de amiguitos a trepar por una escalera. Los niños intentaban llegar hasta el último peldaño, unos se quedaron a la mitad, otros lograron subir un poco más… cuando llegó su turno, subió y subió hasta que alcanzó el objetivo. Cuenta que, al bajar, encontró a su abuelo quien había salido a tomar aire fresco, lo abrazó y le preguntó: “Dime por favor ¿cómo lograste llegar a donde los demás no se atrevieron? ¿Qué fue lo que hiciste para vencer el miedo?”. Él le respondió: “Porque cuando ellos subían, lo hacían mirando hacia abajo, con solo mirar lo alto que estaban, se asustaban y desistían de seguir adelante. Cuando me llegó el turno, decidí mirar solamente hacia arriba, sin pensar lo que habían hecho los otros, me concentré solamente en la meta, y así fue que conseguí el triunfo”.

 

La moraleja es: Aun cuando la luz del sol brilla intensamente, quiere decir, aun en los tiempos de esplendor, como cuando reinaba Shelomó. Y aun cuando tengamos que vivir bajo la sombra en el exilio, la congregación de Israel siempre mantiene su fe, sus raíces permeadas con Torá y Mitzvot, éste es el secreto por el cual se mantiene fresca y lozana como una rosa de los valles; la flor más fina que se puede encontrar.[11] Israel declara: Yo no he cambiado, he mantenido mi frescura, mi belleza y mi exquisito aroma a pesar que han intentado alejarme de mi Creador y por serLe fiel, Él me ama. Sólo Él sabe porque me encuentro en este duro y difícil exilio y confío en que los días de magnificencia retornarán cuando Su morada sea reinstaurada©Musarito semanal

 

 

 

“Nunca hubiera querido servir a un D-os cuyos caminos son entendidos por medio del cerebro de un ser humano”.[12]

 

 

 

 

 

 

[1] El חֲבַצֶּ֣לֶת lirio o azucena, (Según Ra”shí, se trata de una fina especie de rosa; ver también Ebn Ezra) es una planta de tallos frondosos y flores grandes, requiere fuertes radiaciones de luz, sus grandes flores exhalan una fuerte fragancia, los espacios abiertos son ideales para que el חֲבַצֶּ֣לֶת lirio o azucena disperse su aroma fragante (Meam Loez), por eso Shelomó la ubica enהַשָּׁרוֹן  ( la llanura de Sharón que se encuentra en el norte, en la zona costera de Israel) la llanura fértil.

 

La שׁוֹשַׁנה rosa de los valles siempre tiene (ששה) seis hojas. (Metzudat Tzión; ver también el Ebn Ezra) Esta planta no tolera fuertes radiaciones de luz y calor, por lo mismo, el tamaño y color de su flor será acorde a la humedad que conserve. (Eben Yejiyá; ver también Ra”shí). Los הָעֲמָקִים valles son su hábitat ideal, la posición geográfica, la luminosidad que proporciona, hace que la planta desarrolle tallos largos, gruesos y totalmente verticales; botones grandes y colores atractivos.

 

[2] Sforno

 

[3] Midrash Lékaj  Tob

 

[4] Esta es una acotación sobre lo que está escrito en el Midrash Shir HaShirim Rabbá 2:1

 

[5] Ver versículo anterior.

 

[6] Meam Loez

 

[7] Berajot 61b.

 

[8] וְדוֹמַמְתִּי נַפְשִׁי כְּגָמֻל עֲלֵי אִמּוֹ כַּגָּמֻל עָלַי נַפְשִׁי; Como un niño destetado en el seno de su madre, como un niño destetado está mi alma; Tehilim 131:2

 

[9] Jobot HaLebabot

 

[10] וְרָאִיתִי אֶת־כָּל־מַעֲשֵׂה הָאֱלֹהִים כִּי לֹא יוּכַל הָאָדָם לִמְצוֹא אֶת־הַמַּעֲשֶׂה אֲשֶׁר נַעֲשָׂה תַחַת־הַשֶּׁמֶשׁ בְּשֶׁל אֲשֶׁר יַעֲמֹל הָאָדָם לְבַקֵּשׁ וְלֹא יִמְצָא וְגַם אִם־יֹאמַר הֶחָכָם לָדַעַת לֹא יוּכַל לִמְצֹא Y observé toda la obra del Creador, ya que no podrá el hombre entender la acción que se hace bajo el sol; por más que se afane el hombre por buscar, no podrá hallarlo, y también si dice el sabio saber, no podrá saberlo; Kohélet 8:17

 

[11] Metzudat David

 

[12] Rabí Menajem Méndel de Kotzk

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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