CONFORME A tu esfuerzo, así será la recompensa
Perashat Pinejás
”He aquí que Yo le otorgo Mi alianza de paz” (25:12).
La Perashá comienza con el elogio de Hashem a Pinejás por su valiente y decidido acto de matar a Zimbrí y Cozbí, quienes habían actuado en forma inmoral, por cuanto no actuó en su propio provecho, sino por amor a su Creador, y por demostrar a toda la congregación que debían actuar rápida y decididamente para sostener la ley.[1]
Más adelante, se describe que las hijas de Tzelofjad reclaman a Moshé su parte de la herencia en Éretz Israel. Moshé lo somete a la consideración de Hashem. El dictamen final fue que si una persona no deja hijos, sus hijas tienen derecho a la herencia.[2]
Continúa mencionando que Moshé, al saber que estaba próximo el fin de sus días, manifestó preocupación por el bien del pueblo y solicitó que fuera nombrado un sucesor suyo. Preguntó a Hashem pensando que nombraría a sus hijos. Le respondió que Yehoshúa asumiría el liderazgo, debido a la dedicación y el esmero que demostró al ser el primero y el último en salir de la Casa de Estudios, y al apego que tenía con Moshé.[3]
Concluye mencionando todos los sacrificios que se ofrendaban en el Mizbeaj.[4]
¿Qué relación podemos encontrar entre todos estos personajes y el final, que habla sobre los sacrificios (korbanot)?
Uno de los más ricos comerciantes contrató a un joven para trabajar como aprendiz. El acuerdo consistía en que el joven trabajaría bajo la guía del patrón y recibiría, a cambio, alojamiento y comida.
Cierto día, el comerciante y su familia, acompañados por el aprendiz, estaban en medio de una celebración. De pronto entró un extraño y pidió hablar con el comerciante, para proponerle un lucrativo negocio. “Estoy en medio de una fiesta y no deseo ser molestado en este momento”, dijo el comerciante. El visitante estaba a punto de irse cuando el aprendiz se puso de pie y lo detuvo. “Yo podré ocuparme del asunto, si usted lo desea.” El patrón asintió y el aprendiz pasó varias horas trabajando en un acuerdo que trajo muy buenos dividendos a la empresa.
Al día siguiente el comerciante pidió ver al aprendiz. “Estoy muy complacido de que te hayas tomado tanto tiempo para cerrar esta exitosa operación”, dijo. “¿Cómo puedo recompensar tu dedicación?”. El aprendiz respondió: “Nuestro acuerdo fue que yo recibiría casa y comida, y lo estoy recibiendo”. “Lo sé”, dijo el comerciante; “hasta ahora yo había sentido que el buen trabajo que estabas logrando se debía a que sólo querías ganarte el sustento. Ayer, sin embargo, vi que estabas dispuesto a renunciar a tu cena y a tu sueño por ayudarme. Tan generosa devoción merece una recompensa que esté más allá de los términos de nuestro acuerdo original. En consecuencia, estoy dispuesto a agregar algo más que alojamiento y comida.”
Análogamente al personaje de la parábola, los personajes que son mencionados en la Perashá hicieron algo más de lo que les exigía la ley. Pinejás tuvo la incitativa para hacer valer la ley, ajustició a los pecadores y salvó así al pueblo, que estaba condenado por la ira de los Cielos.
Las hijas de Tzelofjad no cedieron la parte que consideraron que les correspondía, debido a era su gran deseo cumplir con las mitzvot que son exclusivas de la Tierra de Israel.
Yehoshúa, que se esforzó al máximo por seguir de cerca los pasos de su maestro Moshé, consiguió ser el dirigente del pueblo hacia la Tierra Prometida.
Lo que tienen en común los personajes es: todo aquel que realiza las mitzvot “básicas”, recibe de Hashem lo esencial para vivir en este mundo; le otorga buena salud, casa y sustento. Sólo aquel que está dispuesto a ir más allá de su deber, el que busca acercarse a Hashem al cumplir las mitzvot con todos sus detalles, obtiene un pago adicional. Se convierte en un “ministro” del Rey y recibe pago adicional. Todo esto lo aprendemos de la palabra korbán, que significa “acercamiento”, “ofrenda”. Dijo Rab Shmuelevitz que Hashem hace milagros a quien pone todo su convencimiento y fuerzas mentales en lograr más de su cometido. Una vez que la persona encuentra la motivación y el convencimiento de que puede lograrlo, entonces Hashem le otorga la fuerza y los medios necesarios para lograr lo que pareciera imposible.”.©Musarito semanal
“No basta dar pasos que puedan conducir hasta la meta, sino que cada paso debe ser una meta sin dejar de ser un paso.”
[1] Bamidbar 25:7-12.
[2] Ídem 26:33 27:1-7.
[3] Ídem 27:12-23.
[4] Ídem 28:1-31 29:1-39.