Perashat Shelaj Lejá
“Fortalézcanse y tomen del fruto de la tierra”. 13:20
Preguntan los Jajamim: Si el objetivo principal de la Torá es la de instruir y enseñar preceptos[1] ¿Por qué no comenzó a partir de: “Este mes será para ustedes el primero de los meses”? que es el primer precepto que se le ordenó al Am Israel.[2] Hashem decidió comenzar con el relato de la Creación, para mostrarle a la humanidad que Él es el Amo Supremo del Universo y que todo le pertenece. Dijo el salmista: La fuerza de Sus hechos relató a Su pueblo, para conceder a ellos la heredad de los pueblos.[3] Desde el principio Hashem decidió entregar la Tierra de Israel a los hijos de Abraham, Yitzjak y Yaacob y se las otorgó para que puedan cumplir allí una gran cantidad de Mitzvot.[4] Y si las naciones del mundo demandaran a Israel diciendo: ¡Ustedes son asaltantes porque han conquistado las tierras de los pueblos de Kenaán! La respuesta sería: El Dueño decidió que fuera nuestra y la Torá es el documento que lo demuestra.[5] Por este motivo el Pentateuco comienza y concluye hablando de la Tierra de Israel, Hashem quiso mostrar la importancia que este lugar tiene para nosotros, y por ende debemos aspirar cumplir en ella todas las Mitzvot.[6]
¿Qué tiene que ver esto con la Perashá de la semana?
Moshé ordena a los espías que vayan y Observen la tierra, si es buena o es mala, si es fértil o magra.[7] Además les solicita que traigan algunas muestras de sus frutos. ¿Podríamos pensar que el gran guía de Israel necesitaba mandar gente a comprobar si la calidad de la Tierra Prometida era buena? ¿Quizás deseaba degustar sus productos? Los frutos eran de un tamaño tan colosal que para cargar un racimo de uvas se requería de ocho personas… pasar la frontera con algo tan grande sin ser vistos era prácticamente imposible; ¿Valía la pena exponer a sus soldados por un bocado de fruta…?
Es prácticamente imposible pensar que Moshé envió a los espías porque dudaba si la tierra era fértil y abundante. Hashem le había prometido: Descenderé para salvarlos de manos de los egipcios y voy a hacerlos subir a una tierra buena y amplia, una tierra que mana leche y miel.[8] Tampoco podríamos pensar que deseaba sentir el gusto por sus frutos ya que el Mán adquiría el sabor de aquello que el consumidor deseaba…, no, ésta tampoco es una razón lógica. Entonces ¿Qué es lo que buscaba Moshé?
Los Jajamim ofrecen una respuesta de donde podemos extraer una gran lección: Moshé nunca dudo de la palabra de Hashem, ni necesitaba probar sus frutos, la intención que él tenía al mostrarles la gran bendición que Hashem les estaba otorgando era para levantar y fortalecer el ánimo del pueblo de Israel. Si bien la generación que salió de Egipto estaba formada por seres humanos excepcionales, poseedores de una inquebrantable fe, ¡Ellos habían presenciado los milagros impresionantes que sucedieron en Egipto! ¿Acaso necesitaban algún tipo de motivación para ir a conquistar la Tierra Prometida? De aquí aprendemos que para que cualquier ser humano pueda utilizar al máximo su potencial, se requiere de incentivos tangibles.
Esto también lo aprendemos de las festividades. Entre los preceptos que se cumplen en ellas están el comer y beber en abundancia porque estamos obligados a manifestar alegría. ¿No sería mejor manifestar este regocijo por medio del estudio? Se nos ordena alimentarnos bien porque finalmente somos seres terrenales y para estudiar adecuadamente, necesitamos generar energía a través del cuerpo. Está escrito: ‘No te comportes como esos esclavos que sirven al Amo (Hashem) con el fin de ser recompensados. Sirve a tu Amo sin pensar en recompensas, y el temor de los Cielos estará en ti’.[9] Por otro lado encontramos que en algunos lugares en la Torá se menciona el pago por el cumplimiento de los preceptos.[10] ¿Entonces, las Mitzvot se deben cumplir como un autómata o solo con el afán de obtener algo a cambio? Además es conocido que no hay recompensa para las Mitzvot en este mundo, porque todo en este mundo limitado no alcanzará para pagar los enormes méritos de servir a Hashem, Quien es infinito….[11] ¿Entonces por qué se menciona el pago?
La respuesta se basa en lo dicho anteriormente, la Torá no está sugiriendo una retribución por el cumplimiento de las Mitzvot; la recompensa está reservada para el mundo venidero, tal y como lo dicta el versículo: Yo les ordeno hoy para hacerlos.[12] Hoy hay que hacer los preceptos y mañana se recibirá por ello su recompensa.[13] La bendición a la que se refiere es solamente el incentivo, es como el fruto que solicitó Moshé, en un ofrecimiento que nos ayuda a motivarnos para poder cumplir con mejor empeño y eficacia las Mitzvot. Todos necesitamos tener propósitos, ideales y objetivos y para poderlos cumplir debemos llenar nuestras vidas con cosas que nos estimulen para poderlas llevar a cabo adecuadamente.
El Maguid de Koznitz fue una persona físicamente débil y enferma, sin embargo logró vivir con plenitud hasta la ancianidad. Cuando se le consultó acerca del secreto de su longevidad, respondió que siempre había tenido proyectos para llevar adelante. “Los músculos quedan atrofiados cuando no se los usa. Luchar por causas dignas, genera fuerzas”.[14] Él consiguió dar motivación y significado a su vida por medio de las Mitzvot.
El Jovot HaLebabot escribe en su prólogo que antes de editar su libro, en repetidas ocasiones decidió abandonar sus planes de escribirlo. Pensaba que su mente era demasiado débil para poder conseguir plasmar en el papel las ideas en forma apropiada; que su destreza en el manejo del idioma no era la adecuado. Que tal vez el propósito de escribir era solo por el deseo de auto gratificación… En realidad, las razones que citó inicialmente parecían justas y lógicas, para beneficio eterno del pueblo judío, finalmente decidió escribir el libro de Musar más importante que se conoce, él reconoció que sus motivos estaban manchadas por el deseo de comodidad y encontró como motivar el deseo de cumplir con la voluntad de Hashem.
Ojalá que Hashem nos proporciones los elementos necesarios para que cada uno de nosotros encuentre la estimulación necesaria para poder explotar todo el potencial que poseemos y podamos así cumplir con la tarea para la que fuimos asignados y podamos así acercar la llegada del Mashiaj Tzidkenu. ©Musarito semanal
“Todo el anhelo de la persona debe ser dar satisfacción a su Creador, y éste es el fruto del pago de las Mitzvot”.[15]
[1] Gur Aryé
[2] Shemot 12:2, En este versículo se enuncia el precepto del sacrificio de Pésaj y la santificación y conteo de los meses que comenzó en Nisán. Esta fue el primer precepto que le fue ordenado a Israel, Jizkuni
[3] Tehilim 101:6
[4] El Saba de Kelem
[5] Ver el comentario de Rashí en Bereshit 1:1; Tanjumá Yashán 11; Bereshit Rabá 1:2; Yalkut Shemot 187
[6] Rabí Eljanán Vassermán
[7] Bemidbar 13:18-20
[8] Shemot 3:8
[9] Pirké Abot 1:3
[10] Ver Vayikrá 26:3-13
[11] Kidushín 39b
[12] Debarim 7:11
[13] Kidushín 39a
[14] Viviendo cada día, Rabí Abraham J. Twersky
[15] Pele Yoetz; Segulá
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