Perashat Pinejás

 

 "Por lo tanto, di: He aquí que yo le confiero a él mi pacto de Paz". 25:12

 

 

Después que Balak y los nobles de Midián urdieron la infame trampa sugerida por Bilám de inducir a los hombres a pecar con las mujeres moabitas y adorar al Baal Peor. Moshé ordenó a Moshé designar a los líderes del pueblo como jueces para castigar a aquellos que habían cometido el pecado. Zimbrí, el líder de la tribu de Shimón quien había sucumbido ante la seducción de Kozbí, la hija del rey Balak, tuvo la audacia de traer a la mujer al campamento y desafiando a Moshé le preguntó: ¿Esta mujer es prohibida para mí? Moshé respondió afirmativamente. Zimbrí arremetió cuestionando al líder de Israel: “¡Si ella está prohibida para mí, tu mujer también lo está para ti, ella es hija de Yitró, un sacerdote midianita!”. Moshé permaneció en silencio.[1] Los miembros del Sanhedrín se quedaron helados, no sabían si debían ejecutar a Zimbrí o que tal vez era sujeto a la pena de muerte Celestial. El nieto de Aharón, Pinejás, observaba la escena, ardiendo de indignación. Mientras tanto, una plaga comenzó a matar a los pecadores. Inspirado por el Cielo Pinejás vio lo que ocurría en el campamento y recordó la ley, de inmediato se levantó de su lugar, tomó una lanza y fue a la tienda donde se encontraban Zimbrí y Kozbí cometiendo el pecado, los atravesó con la lanza, y así defendió (o tomó venganza) del Nombre de Hashem. Salió y exhibió a la pareja muerta a todos, en ese instante la plaga finalizó y de esta forma salvó a todo el Pueblo de Israel del exterminio.[2] Hashem proclamó: A Pinejás el nieto de Aharón, le concedo Mi pacto de paz y será para él y su descendencia, un pacto de sacerdocio eterno; por haber celado el Honor de Hashem y expiar  así a los hijos de Israel.

 

En la Torá encontramos muchos ejemplos de cómo el mundo se maneja con la política de reciprocidad, Midá Keneged Midá (Medida por medida; el castigo es proporcional al delito). Todo el que realiza un acto meritorio recibe su recompensa: Así como Miriam se quedó esperando y observando lo que ocurría con Moshé, luego que fue colocado en una canasta, cuando ella tuvo lepra por haber hablado mal de su hermano, todo el pueblo esperó hasta que se curó. También vemos que todo el que peca es castigado como sucedió con Bilám, que fue ejecutado con la espada. Si es así como se maneja el mundo, parecería irónico que la recompensa por un asesinato violento cometido por Pinejás contra Zimbrí sea "un pacto de paz."

 

Para responder, citaremos la ordenanza de apegarse a Hashem.[3] ¿Acaso es posible ir detrás de Él? Está escrito que Tu Señor es un fuego que consume.[4] La intención del versículo es indicarnos que debemos ir detrás de Sus cualidades; así como Él viste a los desnudos, también tú debes hacerlo; Él visita a los enfermos, tú también hazlo; Él consuela a los deudos, tú también consuélalos; Él da sepultura a los muertos, tú también ocúpate de ello.[5] Preguntan los Jajamim: La Torá nos ordena emular a Hashem, por un lado nos dice que Él es Celoso y Vengativo, y por otro lado nos prohíbe tomar venganza y guardar rencor…[6] ¿Cómo debemos actuar?

 

Lo que se nos encomendó fue seguir Sus caminos en lo que respecta a las bondades y no a la justicia, debido a que el concepto de venganza que tiene Hashem es muy distinta a la que tiene el hombre.[7] ¡Quién es como Tú, Hashem! Él suministra al ser humano la existencia y capacidad de movimiento y en lugar de utilizar estos recursos para agradecer y corresponder el favor, utiliza estos recursos para pecar, a pesar de que Él posee el poder de cobrar venganza y retomar lo que Le pertenece, soporta el insulto hasta que el ser humano retorna en arrepentimiento. Ni siquiera el día que se cometió el pecado de la adoración del pecado del becerro de oro dejó de caer el Man; el Pueblo ya estaba condenado a morir y aun así Hashem los seguía alimentando.[8] Para el hombre, la venganza es algo personal, es dulce y agradable para él devolver lo que le hicieron. Para Hashem el actuar a veces en contra de la voluntad del ser humano es solo con la intención de beneficiarlo, alejarlo de las tentaciones y evitar que se revele en contra de Su Voluntad. Esto se compara a un cirujano que debe operar a su paciente, aunque sabe que el enfermo va a sentir dolor, el practica la intervención a fin de aliviar un padecimiento mayor, beneficiando así al sujeto.

 

 Cuando el versículo nos ordena emular a Hashem se refiere a imitar la cualidad de la tolerancia; debe soportar cualquier insulto sin tomar represalias y no debe retener su benevolencia de aquel que lo agredió. Todo el que se conduce en el mundo con rectitud y benevolencia, Hashem se conduce con el de la misma manera, le brinda bienestar en virtud de la rectitud y la justicia. Con esta base podemos explicar por qué Pinejás recibió un pacto de paz. La Torá destaca que la intención de Pinejás no era personal, no buscaba su propia venganza, él actuó para hacer cumplir la voluntad del Todopoderoso y por tal motivo recibió esa recompensa. Shalom no solo significa paz, sino que también tiene la connotación de entereza y perfección, cualquier paz que no cumple con estos atributos no es una verdadera paz...[9]-[10]

 

Veamos una hermosa historia que puede ilustrarnos este concepto: Cuentan que en una ocasión, un Rebe visitó a un agonizante enfermo, al observar que el paciente lloraba desconsoladamente le preguntó la razón de su lamento. El enfermo le informó entre sollozos, que consideraba que su vida había sido malgastada, sentía que su permanencia en el mundo había llegado a su fin y sentía gran temor sobre su destino en el mundo por venir.

 

Con gran compasión, el Rebe tomo sus manos y con ternura le pidió que no tuviera más miedo, se acercó y le murmuró al oído: “deja de sufrir, te ofrezco gratuitamente mi heredad en el Mundo Venidero”, al oír esto el doliente trató de incorporarse y mirando con asombro al Rebe le preguntó: “¿Me está usted otorgando algo tan valioso y tan preciado como su “Olam Haba” (Mundo Venidero)?”. El Rebe le aseguró que actuaba con toda sinceridad y para garantizarle la oferta llevó a cabo con él un “Kinyan” (acto adquisitivo). Se dieron la mano, el paciente se relajó, apoyó su cabeza sobre la almohada, tranquilo, sonrió con alegría cerró los ojos y así se despidió del mundo con un profundo sentimiento de paz y sosiego.

 

Cuándo el Rebe salió del hospital, quedó perturbado: “¿Qué hice?” Reflexionó, “me he quedado empobrecido y sin futuro”. Entonces decidió ir a consultar a su propio maestro. Cuando le relató lo que había acontecido, le dijo; “querido alumno y amigo, no sé realmente cuanto valía tu Mundo Venidero antes de haber llevado a cabo este gran acto de compasión; pero te aseguro, que ahora su valor es sumamente mayor…”

 

Solo puede haber Una Completitud y Una Perfección, y esto es dando todo por el prójimo mostrando así que procuramos emular a Hashem Itbaraj, por eso que solo puede haber una verdadera Paz - la paz de Hashem, porque solo "El que hace la paz en sus alturas, Él hará la paz sobre nosotros y sobre todo Israel... ©Musarito semanal

 

 

“Sus sendas son agradables, y todos Sus caminos son paz”.[11]

 

 

 

 

 

[1] En verdad su caso era diferente. El había desposado a Tziporá antes de la entrega de la Torá y además ella se convirtió. Hashem ocultó a Moshé la Halajá que había estudiado en Har Sinai, en un caso así el pecador debía ser ejecutado por celosos. El deseo Celestial era que Pinejás castigara a Zimbrí en lugar que lo hiciera Moshé.

 

[2] Midrash Raba 20:25

 

[3] Debarim 10:20

 

[4] Debarim 4:24

 

[5] Rambam; Hiljot Deot

 

[6] Vaikrá 19:18

 

[7] Netibot Holam; Maaral

 

[8] Tomer Deborá, cap. 1:1; Rab Moshé Cordobero

 

[9] Or Yoel

 

[10] Adaptado del libro: La llevaras a tu corazón, página 285; Rab Moshé Hoffer

 

[11] Mishlé 3:17

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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