El cantar de los cantares
2.10 'Aná Dodí Veámar Li: Kúmi Laj Ra'yatí Yafatí Úlji-Laj.
“Mi Amado exclamó y me dijo: Levántate tú, mi compañera, mi bella, y anda (tras de Mí)”.
En Breve:
Israel relata su primer encuentro con el Creador. Este trascendental suceso aconteció en Egipto mientras el pueblo sufría el rigor de la esclavitud. Allí el Creador envió a Sus delegados, Moshé y Aharón, para sacarlos de Egipto, convenciendo al pueblo que fuera detrás de Él, acto que les retribuiría grandes beneficios.[1]
Profundizando:
Dice Israel: mi Amado, me eligió a mí, cuando yo todavía estaba en Egipto, Vio mi sufrimiento y respondió a mi súplica prometiéndome que me haría salir de la aflicción. Él envió a sus mensajeros, Moshé y Aharón, para que me sacaran de la dura servidumbre. Y exclamó: levántate mi amada congregación de Israel mi hermosa y querida desde antaño;[2] te amo por tus virtuosos hechos, estos realzan tu belleza, te exhorto a que por tu propio bien, vengas detrás de Mí; hazlo por ti, te conviene, sé rápida, ligera y prepárate para cumplir las Mitzvot del sacrificio de Pésaj y Berit Milá, y saldrás de allí por mérito propio.[3]
Enseñanza ética:
En la época de la Rusia comunista, una mujer mayor de ferviente fe tuvo un nieto de su hijo varón y ella se negaba a tocar a su nieto porque su hijo desistía a circuncidarlo. La KGR había decretado la prohibición de circuncidar a los niños de ocho días, argumentando que los padres estaban violando la voluntad de la criatura, obligándole a optar por la fe judía sin opción a haberlo decidido por sí mismo; sólo se permitía la circuncisión de adultos de más de diez y ocho años, que lo hicieran por convencimiento propio. La abuela trataba por todos los medios de convencer al padre de la criatura que hicieran secretamente el Brit Milá (circuncisión), pero este se negó rotundamente por temor a la prohibición comunista. La mujer no estaba dispuesta a renunciar. Un día, su hijo tenía que salir de viaje junto con su esposa y dejaron al niño bajo la tutela de la abuela. Ésta sin dudarlo, contrato a un Mohel y le sello a la criatura el pacto de Abraham. Al regresar los padres del chico notaron lo sucedido, y temiendo las consecuencias presentaron una formal denuncia contra su madre.
La mujer fue llevada ante los tribunales de justicia comunista, el mismo juez quien también era judío. Al interrogarla, le preguntó: ¿Por qué se atrevió usted a cometer el terrible delito de manipular la voluntad del niño provocándole una carga emocional que posiblemente lo afectará al crecer?”. La mujer respondió: “Sepa usted señoría que también usted está circuncidado y no veo que eso lo condicione en absoluto para comportarse como un perfecto ateo, así que no creo que mi acto vaya a afectarle tan terriblemente tampoco a mi nieto”. El Juez molesto ante semejante rebeldía le respondió: “A mí se me practicó la circuncisión antes de la revolución comunista, entonces no era prohibido por la madre Rusia, hoy las cosas cambiaron. ¡Usted a ha mostrado ser una criminal, y por su acción tendré que sentenciarla a diez años de vida en la gélida Siberia!”. La mujer saltó de su banca como poseída por un espíritu, y grito: “¡Qué grande es nuestro Creador, yo ya me sentía tan mayor y no creía que tendría más de uno o dos años de vida, y ahora escucho de boca de su señoría el Juez que me regala diez años de vida en Siberia!”. Todo el público presente en la audiencia estalló en carcajadas e incluso el señor Juez no pudo contener su risa. Ese instante fue aprovechado por el abogado defensor para armar su alegato diciendo: “Su señoría, estamos claros que el estado senil de esta pobre acusada lamentablemente no le permite discernir lo que dice. ¿A qué persona cuerda se le ocurriría festejar una década de confinamiento en Siberia? Por lo que le pido que la declare inimputable por demencia”. El argumento prosperó y la mujer fue sentenciada a dos años de prisión en suspenso, fue así como esta valiente y virtuosa mujer salvó su vida.[4]
Al cumplir una Mitzvá con amor al Creador la persona expresa su deseo interior de cumplir Su Voluntad. Es por eso que cada uno debe ser constante en su puesto, en su función, y no moverse de su servicio sagrado al Creador. Las Mitzvot de Pésaj y Milá fueron fundamentales; por este motivo la mayoría de los integrantes del 'Am Israel las cumplen, éstas fueron las que provocaron que los hijos de Israel pudieran salir de Egipto. El Creador estaba buscando méritos para poder sacarlos de allí, se apareció de repente y dijo: Levántate tú, mi compañera, demuéstrame que me tienes confianza... El acercar el Korbán (Sacrificio del) Pésaj demostró su fidelidad. Cuando cortaron de su cuerpo el prepucio, derribaron así la última barrera que los separaba del Creador, logrando así un muy fuerte vínculo con Él. Así fue la generación del desierto, hombres íntegros, simples y piadosos, demostraron ser fieles servidores, cumplieron la Voluntad de su Patrón sin cálculos, recibiendo con amor verdadero cualquiera de Sus decretos, y gracias a estas cualidades se hicieron meritorios a recibir la Tora.[5]
El ser humano viene a este mundo a obtener su lugar en el mundo Venidero, para conseguir esta presea, debe mostrar su fe ante los desafíos que fueron diseñados para él. El Creador siempre está a nuestro lado, somos nosotros quienes nos alejamos de Su Presencia, Él cree en nosotros más de lo que nosotros creemos en nosotros mismos, por eso debemos dar un pequeño paso, mostrando que queremos hacerlo y Él se encarga de que sigamos avanzando y creciendo hasta llegar a cumplir nuestra misión. ©Musarito semanal
“No se mide a la persona según la cantidad de mitzvot que cumplió, sino según el corazón que puso en el cumplimiento de ellas – aun si fuera una sola”.[6]
[1] Metzudat David.
[2] יָפָתִי se refiere específicamente a los justos de Israel; Divré Yedidiá
[3] Pesiktá Rabatí
[4] Extraído del libro “Kol Bidmamá Nishmá” (relatos sobre la vida de la familia Berg, de la Rusia comunista).
[5] Bet Haleví.
[6] El Rebe de Kotzk