El cantar de los cantares

2.3 “Ketapúaj Ba'átzé Hayá'ar, Ken Dodí Ben Habaním, Betziló Jimadtí Veyashabti, Ufiryó Matók Lejikí”

 

 

“Como el manzano entre los árboles del bosque, así es mi querido entre los jóvenes; a Su sombra anhelé y me senté, y su fruto es dulce para mi paladar”

 

En Breve:

 

La prometida responde al cumplido de su Amado diciendo: “Él es tan especial como aquel manzano sembrado en el bosque. Ansié Su sombra para protegerme del sol y Su fruto es tan dulce para mi paladar”. Es decir, Israel está aquí proclamando: “prefiero la cercanía a mi Creador más que cualquiera de los placeres mundanos”.[1]

 

Profundizando:

 

Dice la comunidad de Israel: Mi Amado es como un manzano plantado entre los árboles del bosque. La mayoría de la floresta que crece en este tipo de lugares no produce frutos. Los árboles que crecen allí dan buena apariencia, se ven fuertes y sólidos y poseen un abundante dosel, la gente suele refugiarse a descansar bajo su denso follaje. El manzano es de reducida altura, no es tan frondoso y pasa desapercibido cuando el sol cae a plomo, ya que proporciona poca o ninguna sombra, pero se distingue porque produce flores hermosas y aromáticas, su fruto es muy querido por su dulzura y aroma.[2] Así es mi querido; Shelomó HaMélej comparó al Creador con el manzano, porque su fruto es bueno, alegorizando el hecho que el Ser Supremo sustenta y dirige todo lo que existe en el mundo, pero puede o no ser notado con facilidad; así como las flores y los frutos brotan sólo en cierto momento, así suele ser la Providencia Divina en el mundo. En ocasiones puede ser evidente y en otras puede 'aparentar' estar oculta. A veces responde de inmediato a las plegarias y en otras puede parecer que las puertas de los Cielos están cerradas. En ocasiones atribuye actos que nos parecen insignificantes y en otras, hechos épicos parecen no tener importancia. A veces se siente tan cerca y otras lo contrario...

 

¿Dónde puede encontrarse al Creador? En todos los lugares que lo dejan entrar.[3] Así es Mi amado entre los hijos (otros credos).[4] Mientras que las naciones paganas tontamente se refugian bajo sombras efímeras, adoran y sirven a dioses ilusorios, estos se asemejan a los árboles del bosque que son insustanciales, solamente son como: los árboles del bosque.[5] Por el contrario, el pueblo de Israel, a pesar de que no tiene una “sombra” frondosa para guarecerse del intenso calor del sol,[6] aun así cree fielmente en que la Presencia Divina siempre se encuentra detrás de cada suceso. El Todopoderoso supervisa y controla cada movimiento que se produce en el universo; Israel está consciente de esto y por este motivo, estudia y cumple el contenido de Sus mandamientos: Anhelé y me senté a estudiar Su sagrada Torá que es considerada en esta alegoría como Su fruto que es dulce para mi paladar.[7]

 

 

 

 

Enseñanza ética:

 

En la mayoría de los árboles, primero brota el retoño, luego salen las hojas y al final el fruto.[8] En el manzano es al revés, primero brota la flor luego la fruta y al final las hojas. Esto se compara al pueblo de Israel, primero dijo: Haremos, y después; escucharemos.[9] Cuando El Todopoderoso le pidió a Moshé que fuera a Egipto a anunciar a los hijos de Israel que la redención estaba cerca, Moshé fue por su hermano Aharón y juntos reunieron a todos los ancianos y delante de ellos mencionaron el mensaje que el Creador les había encomendado: El pueblo creyó y luego escucharon.[10] Nótese que primero dijo que creyeron y después escucharon.[11] Así es el proceder del 'Am Israel: primero cumple lo que Él ordena y después procura entender el motivo, si consigue comprenderlo, que bueno; si no, igual acepta y practica Sus ordenanzas porque está seguro que todo lo que Él solicita tiene un buen motivo y será provechoso para todos.

 

Israel percibió el beneficio eterno de cobijarse bajo Su Presencia: a Su sombra anhelé y me senté, esto se refiere a los doce meses que Israel pasó ante el Monte Sinaí deleitándose con las palabras de la Torá,[12] y Su fruto, refiriéndose a las Mitzvot de la Torá[13] es para mi paladar muy dulce, mientras que para la apreciación de las otras naciones paganas fue amargo como el ajenjo.[14] Aquellos que la rechazaron se ocupaban sólo de la efímera recompensa existencialista, y por ende no les pareció atractiva.[15] Israel actuó por convicción y confianza en el Creador; aceptó incondicionalmente su Presencia y Compañía, incluso en el exilio turbulento en el que vive y aun cuando Su 'sombra' no es tan evidente en comparación con la sombra tranquila que aparentemente “disfrutan” las otras naciones.[16] Fue entonces que el Creador enunció acerca de sus preceptos: …los preservarán y los llevarán a cabo.[17] Lo cual implica estudiar Torá, que es el único medio de cumplir cabalmente los preceptos, ya que el que no estudia no conoce cuál es la Voluntad de su Creador, [18] pues eso constituye la sabiduría y el descernimiento de ustedes ante los ojos de las naciones,[19]quienes oirán todos estos estatutos y dirán: “Ciertamente una nación sabia y entendida es este gran pueblo.[20]

 

En el futuro, el Todopoderoso se va a presentar en el mundo con un Séfer Torá bajo el brazo y va a proclamar: “Todo aquel que se haya ocupado en mi Torá, que venga a reclamar su pago”. De inmediato van a llegar todos los pueblos, haciendo largas filas y exigiendo: “¡Queremos nuestra recompensa! ¡Nosotros hicimos mucho por ella!”. El Creador pedirá a cada uno y uno que informe el servició que prestó en Su favor. Pasarán todas las naciones, cada una con un argumento distinto y todos van a ser refutados por Él: “Ustedes no merecen condecoración alguna, debido a que no cumplieron Mis ordenanzas desinteresadamente, tal y como lo hizo el pueblo de Israel”. Ellos argumentarán: “Es que la Torá se la entregaste sólo a ellos, si nos la hubieras dado también a nosotros, la hubiésemos cumplido hasta mejor que ellos”. El Creador les propone: “Esta bien, dejaré que demuestren eso que argumentan. Vayan y cumplan una sola Mitzvá: construyan una Sucá y habiten siete días dentro de ella, si lo logran, la recompensa será para ustedes”.

 

Dice el Talmud que después de escuchar la orden, todas las naciones se apresurarán a construir una Sucá y después de terminarla, se alojarán dentro de ella. Al cabo de unos minutos, fuertes rayos de sol entrarán por entre las ramas del techo, apenas sientan el calor saldrán corriendo, pateando y blasfemando: “¡Esto no es para mí!”.[21]

 

Estamos hablando de una sola Mitzvá, imaginemos si les hubiese dado el resto de ellas… seguramente escucharíamos: “Un día me pide que ayune, luego que coma todo el día. Un día tengo que estar triste, al otro me exige que esté contento. ¡Una noche me pide que no duerma, y otro día me impide ir a trabajar…! Me obstaculiza las cosas que más se me antojan…. ¿Qué pierde o gana si como o hago lo que me plazca? ¡Por qué no me deja vivir tranquilo...!”.

 

La persona en ocasiones tiene problemas, “le pega un poco el sol” y se quiere escapar; a veces una pequeña prueba lo mueve de su lugar. El 'Am Israel está preparado para los desafíos, procura mantenerse firme a pesar de la adversidad, le es fiel al Creador y a lo que Él dictamine; y a diferencia del resto de las naciones que, apenas empiezan a sentir un poco el calor se escapan de su responsabilidad, cuando Él ordena que habiten en una cabaña bajo el sol lo hace, y cuando pide que ayunen, lo hacen. Y así con todas sus Ordenanzas y, aunque a veces no le sea cómodo, cumple con Su Voluntad con entrega y amor porque sabe que Él es un Padre Piadoso, que todo lo que Él pide, a corto o largo plazo, siempre resulta conveniente para todos porque Su fruto es dulce para mi paladar, Su amor es infinito.©Musarito semanal

 

 

 

“Pero en cuanto a mí, la cercanía del Creador es mi bien”.[21]

 

 

 

 

 

[1] Ra”shí y Metzudat David

 

[2] Metzudat David

 

[3] Rabbí Menajem Méndel de Kotzk

 

[4] La mayoría de los comentaristas concuerdan que la palabra בָּנִים, los hijos, hace una referencia alegórica a la doctrina de las naciones gentiles (ver comentario del versículo 1:7 חֲבֵרֶיךָ).

 

[5] Ra”shí; Yalkut Shim'oní 248, ver también al Meirí

 

[6] El sol es comparado al paganismo, ver comentario 1:6

 

[7] Tzeror Hamor

 

[8] Ra”shí; Tosafot, v. Rabenu Tam; discuten y sostienen que las características mencionadas corresponden al árbol de Etrog (cidro)

 

[9] כֹּל אֲשֶׁר־דִּבֶּר יְהוָֹה נַעֲשֶׂה וְנִשְׁמָע Todo lo que Hashem ordenó haremos y escucharemos; Shemot 24:7

 

[10] וַיַּאֲמֵן הָעָם וַיִּשְׁמְעוּ El pueblo creyó y luego escucharon; Shemot 4:31

 

[11] Shir HaShirim Rabbá 2:3

 

[12] Ibn Ezra

 

[13] Midrash Rabbá 2:3; ver Ra”shí

 

[14] Yefé Kol

 

[15] Javatzélet HaSharón

 

[16] וּלְמַדְתֶּם אֹתָם וּשְׁמַרְתֶּם לַעֲשֹׂתָם …para que los aprendan y los preserven a fin de llevarlos a cabo; Debarim 5:1

 

[17] Mizrají; Mazkil LeDavid

 

[18] La Torá es sabiduría de origen divino. Las ciencias físicas y la filosofía, en cambio, son expresiones de la sabiduría humana; como tales, son relativas o inferiores a la Torá. Gracias al conocimiento de la Torá las demás naciones constatarán que la auténtica sabiduría y discernimiento sólo se hallan en la Torá y que, por consiguiente, el único pueblo realmente sabio y entendido es Israel. Beer Sadé

 

[29]כִּי הִוא חָכְמַתְכֶם וּבִינַתְכֶם לְעֵינֵי הָעַמִּים  pues eso constituye la sabiduría y el descernimiento de ustedes ante los ojos de las naciones, אֲשֶׁר יִשְׁמְעוּן אֵת כָּל־הַחֻקִּים הָאֵלֶּה וְאָמְרוּ רַק עַם־חָכָם וְנָבוֹן הַגּוֹי הַגָּדוֹל הַזֶּה quienes oirán todos estos estatutos y dirán: “Ciertamente una nación sabia y entendida es este gran pueblo; Debarim 4:6

 

[20] Abodá Zará” página 2a-2b

 

[21] Tehilim 73:28

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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