3.1 'Al Mishkabí Balelot Bikáshti Et Sheahabá Nafshí, Bikashtív Veló Metzativ:

 

“Sobre mi lecho por las noches, busqué al que ama mi alma; lo busqué mas no lo encontré”.

 

 

En Breve:

 

Mientras la congregación de Israel contaba lo sucedido en aquellos días diciendo: “Cuando llegó la noche me dirigí a mi lecho nocturno y allí ansié a Aquel que ama mi alma, pensando que ya había llegado y estaba ya yaciendo en mi lecho, pero lo busqué y no lo encontré, puesto que no había regresado”.[1]

 

 

Profundizando:

 

El versículo alude a la época en la que Moshé y el Pueblo de Israel se dirigían hacia la Tierra prometida. Habían pasado treinta y ocho años y estaban parados en Kadesh Barnéa;[2] A la generación que había decidido enviar espías y al final se expresó en contra de la buena Tierra que heredarían, le fue prohibida la entrada a Éretz Israel.[3] Y aconteció que los hombres de guerra terminaron de morir del seno del pueblo.[4] La congregación de Israel se arrepiente y expresa su dolor; piensa que su pecado ha sido expiado, sin embargo, se percata que el Creador no está con ella como en antaño. Sobre mi lecho por las noches, en mi noche…, en mi angustia… durante treinta y ocho años la Presencia Divina se ocultó parcialmente de ellos y en todo ese tiempo, el Todopoderoso no habló a Moshé con un lenguaje de cariño como venía haciéndolo antes: “cara a cara”,[5] ya que el pueblo se encontraba carente de méritos.[6] Durante este período el Creador se comunicaba por medio de los Urim VeTumim del Cohen Gadol[7] o por medio de visiones que enviaba por medio de Moshé.[8] En ese momento Israel se encontraba desmoralizado, amargado: Sobre mi lecho por las noches (quiere decir durante la travesía por el desierto),[9] cuando la Presencia Divina se ocultó, las Nubes de Gloria desaparecieron y el aura de santidad que los había envuelto en el Sinaí se había ido.[10] La oscuridad de la noche representa a los tiempos de angustia, de contradicción y confusión que provocan el distanciamiento entre el Creador y su pueblo. Israel se sentía desprotegida… En la penumbra, continúa buscando la luz de la santidad: Busqué al que ama mi alma: Lo busqué, mas no lo encontré: después de mi pecado quise que la relación fuera igual de cercana, pero desafortunadamente no fue así...[11]

 

Enseñanza ética:

 

¿Cuántas veces la humanidad se ha preguntado: dónde está D-os? Mientras gente aparentemente inocente, se enferma, es asesinada, violada o abusada sin que se “vea” la intervención Divina.

 

¿Y qué hay de ti hombre: dónde estás tú?[12]

 

El ser humano fue creado con el poder de elegir si hacer el bien o lo contrario. Los nazis llevaron a los judíos hacia las cámaras de gas. Hubo otros que arriesgaron sus vidas para esconder a los judíos de las garras de la Gestapo. Unos eligieron asesinar, otros optaron por salvar. El hombre tiene libre elección; si el Todopoderoso interviniera siempre para evitar la crueldad y la violencia sería un mundo sin libertad, y la vida sin libertad ¿qué sentido tendría? Puede que Él esté oculto, pero siempre está presente…

 

Cuando el ser humano transgrede algún mandamiento, deshonra su condición de ente sublime. Si la persona conociera quién es y a qué vino al mundo, su vida sería completamente distinta. Al contravenir cualquier precepto, es como si llevara su alma a un lugar oscuro: sobre mi lecho por las noches, se aleja de la luz que ilumina su alma: El Eterno llena el mundo con su gloría,[13] no existe algún lugar donde su Presencia no se encuentre. La conducta del ser humano determina cuán cerca se sitúa de Él. Cada acto pernicioso que él cometa crea una barrera entre él y su Creador. Esta barrera se extiende por todos los ámbitos de la vida del transgresor y de pronto la Presencia Divina comienza a “desaparecer” de sus ojos: busqué al que ama mi alma: Lo busqué, mas no lo encontré. No puede hallarlo porque el pecado provoca alejamiento, y su consecuencia inmediata, es la pérdida parcial o completa de sensibilidad para con lo Divino y por esto provoca que el Creador se “aparte” de él. Todo sufrimiento que recibe una persona es a causa del apartamiento de la Supervisión Divina.

 

Un terreno llano que en sus orillas tiene una barrera espinosa, mientras los transeúntes se mantengan caminando por el centro, podrán hacerlo sin dañarse, pero cuando se acercan a la orilla y se pican, reclaman al constructor del camino, y éste les responde que la culpa es de quien se acerca a la orilla. De la misma forma la persona le reclama al Todopoderoso cuando le sucede algún percance, y es cuando Él le responde: ¿Por qué te saliste del sendero seguro?[14] El ser humano debe escapar del pecado, tanto como escaparía de la espada. Debe doblegar su instinto y desde el corazón suplicarle a su Padre que le ayude y salve del pecado, mucho más de lo que rezaría por salvar a su único hijo de la muerte.[15]

 

Todo aquel que desee encontrar al Creador, lo primero que tiene que hacer es encontrarse a sí mismo, y entonces, sólo entonces, podrá acércase a Él: Cierta vez, el Rebe de Kotzk afrontó a un joven que había ido a verlo en su corte jasídica: "¿Por qué has venido?", le preguntó. "He venido a encontrar al Creador", respondió el joven. "Es una lástima que hayas desperdiciado tu tiempo y tu dinero", dijo el Rebe. "Él está en todas partes. También pudiste haberlo encontrado en tu propio hogar." "Entonces, ¿con qué propósito debería haber venido?" preguntó, a su vez, el joven. "Para encontrarte a ti mismo", respondió el Rebe... "Para encontrarte a ti mismo…".

 

Cuando no lo ves, es porque estás mirando en la dirección equivocada. Cuando parece estar ausente, está ahí detrás de la puerta, pero tú la tienes que abrir… Él siempre está cerca de ti. No es necesario que escales una montaña, está ahí mismo en tu mesa de Shabbat, en la luz de las velas que enciende tu esposa, en el vino del Kiddush y en las Jalot, en el Bircat HaMazón, en el plácido descanso que emana de este hermoso día. Está en el libro de los Salmos, en el Sidur, está presente escuchando los debates cuando estudias una página del Talmud. Está en la alegría de las festividades, en las lágrimas de Tisha be Av, en el sonido del Shofar en Rosh Hashaná o en el arrepentimiento en Yom Kipur. Él está en tu trabajo, en tus paseos, Él está en todas partes, si no lo ves, es porque tú te has movido del lugar donde debes estar.©Musarito semanal

 

 

 

“¿Dónde puede encontrarse al Creador? En todos los lugares que lo dejan entrar”.[16]

 

 

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[1] Metzudat David.

 

[2] Al sudeste de Értez Israel

 

[3] El Talmud; Erjín 16a, cita diez veces en la que el Pueblo se reveló en contra de la orden del Eterno. Cuando arribaron al Yam Suf, se quejaron: “¿No había tumbas en Egipto que tú nos trajiste para morir en el desierto?”; Shemot 14:11. Después de cruzar el Yam Suf no creyeron en la muerte de los egipcios; asumieron que debían haber alcanzado la costa en algún lugar. En Mará se quejaron acerca de las aguas amargas; Shemot 15:24. En Refidim, demandaron agua; Shemot 17:2. Ellos transgredieron la prohibición de recoger el maná en Shabbat; Shemot 16:27. Transgredieron la prohibición de dejar el maná para el día siguiente; Shemot 16:20. Demandaron carne en el primer año en el desierto; Shemot 16:3. Demandaron carne en el segundo año en el desierto; Bemidbar 11:4. El pecado del becerro de oro; Shemot 32:1. El incidente de los espías; Bemidbar 13:2.

 

[4] Debarim 2:16.

 

[5] Ver Ra”shí en Debarim 2:16, (según la mención del Maskil LeDavid).

 

[6] Ver Ra”shí; Mejiltá, Shemot 12:1.

 

[7] Rash”bam, Babá Batrá 121b.

 

[8] Ra”shí Taánit 30b.

 

[9] Ra”shí

 

[10] Targum; Shir Hashirim 3:1.

 

[11] Ver Rashí.

 

[12] וַיִּקְרָא יְהוָֹה אֱלֹהִים אֶל־הָאָדָם וַיֹּאמֶר לוֹ אַיֶּכָּה El Eterno llamó al hombre y le dijo: ¿Dónde estás?; Bereshit 3:8.

 

[13] מְלֹא כָל־הָאָרֶץ כְּבוֹדוֹ Llena el mundo con Su Honor; Yesha'yá 6:3.

 

[14] Jinuj Mitzvá 171.

 

[15] Pele Yoetz; Pecado.

 

[16] Rabbí Menajem Méndel de Kotzk.